Gilles Simon no dio espacio para soñar y eliminó a Alejandro Falla en la tercera ronda del Masters de Miami, dejando al colombiano nuevamente a un paso de un hecho nunca avistado en su carrera: pisar los octavos de final en un torneo de esta categoría.
Foto: Getty Images
Ante lo histórico, Alejandro Falla quedó a un paso. En una semana donde vivió el reencuentro con la confianza, donde manejó los nervios como no lo había hecho en un buen par de meses, la tercera raqueta del país cedió ante Gilles Simon y fue vencido por 6-3, 6-4 para seguir sin poder estar por primera vez en los octavos de final de un evento Masters 1000. Falla, que no fue superado abruptamente por el europeo, pecó en la intensidad de un duelo marcado por la armonía y le faltó un par de centavos para poder desequilibrar al ex top ten.
El primer episodio fue un homenaje al ritmo. Falla y Simon se envolvieron en un encuentro donde las raquetas eran espadas y el cemento violeta de Miami fue sinónimo de la arena de una batalla medieval. El caleño no le tuvo temor a los intercambios, impactaba la pelota en el centro, devoraba la pista con el revés, no le faltaban piernas. El hoy 133 del mundo se escudó en su servicio y apenas perdió tres puntos cuando jugó con su primer saque. Al tiempo, Simon no escondía las agallas, se hacía un portón al momento de sacar, abría ángulos con la derecha e intentaba castigar con su backhand plano. La raqueta estaba dulce de ambos lados de la pista, eran chispas lo que salpicaban los encordados a cada golpe raso que ambos tiraban.
Pero la continuidad debe reinar cuando te enfrentas a un rival de muchos más quilates. Falla inició con el pulso quebrado en el único game que el galo pudo vulnerar en el primer set: primero, mandó un smash sencillo a Cabo Cañaveral, luego un revés a la red y a continuación una subida a la malla después de un approach sin fuerza servido para el passing de Simon. El 14 del mundo aprovechó la caída del cafetero y no tuvo inconvenientes para poner la casa en orden ante un parcial donde sudó ante la explosividad de los intercambios, que en gran medida superaban los más de nueve impactos.
El descanso, luego, no pareció ser el mejor aliado para Alejandro. En el primer game de la segunda parte se quedó atornillado a la pista y como un acto de caridad entregó un quiebre que olía a fatalidad en toda Florida. Pero con la cabeza en alto intentó volver a sí en una acción de valentía: recuperó la desventaja en la rapidez y demostró que el cuerpo aún no estaba desgastado. Tanto así que hasta con las uñas defendía el servicio, era como el torero que lucha a capa y espada con un toro bravío. Sin embargo, Falla fue perdiendo lucidez en el ritmo y nunca tuvo un as bajo la manga ante los intercambios que parecían infinitos. Simon tiraba y tiraba demostrando que seguía con nafta y el caleño no intentaba algún recurso para desestabilizar a su rival cómodo en la línea de fondo. Luego de otro game para el olvido -el séptimo-, el francés se inclinó a su tercera victoria ante el rival de turno valiéndose de la potencia y el atrevimiento, rememorando las logradas en Montreal y Brisbane y olvidando su derrota sin tapujos en Valencia 2013.
Falla no fue estratega ante el ritmo, se envolvió en un juego que benefició a Simon, en el que se sintió holgado. El colombiano no fue menos pero le faltaron un par de decisiones para ser más. Una victoria que sucede porque se impone el ranking y el presente. El finalista de dos torneos ATP tendrá que esperar para poder alcanzar lo inalcanzable aunque los galones parecen decir basta. Llegar a los octavos de un evento Masters tendrá que ser hazaña de otro cuento.
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg» ]Fabián Valeth Orozco @FabianV_: Redactor en jefe de Match Tenis. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]
