Roger Federer sabía que tendría un duro partido contra John Isner en la Cancha Central. Claro, él tenía marca de 5-1 contra el estadounidense, siendo su única derrota en un choque de la Copa Davis en tierra batida en 2012. Pero el suizo era muy consciente del registro de Isner en las pistas cubiertas de París, donde el poderoso sacador de 2,10 metros tenía marca de 7-6 y que había llegado a las semifinales en 2011. Con un servicio como el suyo, cualquier cosa puede suceder.
«Cuando vi el sorteo y vi que tenía una posibilidad de que enfrentarlo en la segunda ronda», observó Federer, «es el tipo de cuadro que no me gusta ver realmente».
«Sabía que no va a ser fácil», dijo Federer antes del partido. «Tenía que asegurarme de centrarme en mi propio juego y ver lo que pudiera hacer con su saque. No hay tantas oportunidades. Estoy al tanto. Ha vivido un montón de partidos cerrados. Está acostumbrado a ese tipo de cosas. No estamos acostumbrados a muchos desempates y 7-6s en el tercero».
Palabras proféticas de Federer, pues su choque de octavos de final este jueves se definiría en un tie-break en el tercer set, donde Isner salió victorioso tras 27 ases y con un marcador 7-6 (3), 3-6, 7-6 (5).
Como se demostró en el BNP Paribas Masters, sin sol, sin viento, no hay elementos que cambien o afecten a su lanzamiento para servir, por lo cual el arma de Isner es tan letal como el que más.
«Creo que él ha servido bien constantemente durante todo el año», dijo Federer, quien a pesar de la derrota registró 13 ases y nunca le rompieron su saque. «¿Srevir en cancha cubierta tal vez le ayude un poco? Potencialmente. Tiene el tamaño, tiene el poder, tiene los ángulos. Creo que hoy sacó muy bien cuando lo necesitaba. En los puntos de quiebre en contra, él sirvió muy bien. Esos son los que necesitaba. Esa fue la diferencia.
El miércoles, Federer sólo necesitó 47 minutos para despachar al italiano Andreas Seppi 6-1, 6-1. No habría tal brevedad en contra del estadounidense, pues el partido de tres sets duró dos horas y 16 minutos.
¿Su título la semana pasada en Basilea (v. a Rafael Nadal por 6-3, 5-7, 6-3) afectó en algo su cuerpo
«Tal vez estaba una milésima de segundo más lento», bromeó el jugador de 34 años de edad, quien dijo que «jugó sin dolor» a pesar de una visita a mitad del partido de un médico para revisar su brazo. «Quiero decir, ¿qué quieres que te diga? Definitivamente no estaba cansado de la noche anterior. Yo estaba listo para jugar hoy».
La siguiente parada para Federer son las Finales Barclays ATP World Tour, del 15 al 22 de noviembre, donde ha tenido una buena cuota de éxito en el pasado. De hecho, el No. 2 del mundo ha levantado el trofeo en el torneo de fin de año en seis ocasiones.
«He estado allí desde 2002», dijo. «Es uno de los torneos que he disfrutado más y que he tenido mucho placer ganar. Estoy feliz de haber clasificado. Vamos a ver los grupos. Estoy muy ansioso por ir a Londres y de llegar lo mejor preparado posible. Estoy en buena forma. Estoy sano, así que quiero ese torneo empiece».
Redacción ATP
