Despedidas y victorias enredadas. Así sucedió la jornada de octavos de final en París-Bercy donde Djokovic avanzó entres algunas dudas y Federer se despidió ante el cañonera Isner.
El jueves fue más que extraño en el último Masters 1000 de la temporada. En el día donde se definían los integrantes a los cuartos de final, los grandes favoritos a la corona vivieron una verdadera inestabilidad que a algunos, incluso, los dejó fuera de la lucha por el título.
La más sonada fue la caída de Roger Federer, quien tras el baile que le propinó a Andreas Seppi en la ronda de estreno (que solo duró menos de 50 minutos), hoy la vio verdaderamente oscura ante John Isner (7-6, 3-6, 7-6), quien traía en la memoria aquel partido ajustado que cedió ante el suizo en el US Open. Acá, se apropió del primer set con un sólido tiebreak y empujando las dificultades con el servicio, y aunque en el segundo le dio la batuta a Federer, ya en el decisivo, en otro desempate, apagó las esperanzas de un Federer que no jugó del todo mal pero sí estuvo poco fino en los tiebreak y apurado por un dolor en el brazo derecho, por lo que tuvo que llamar al equipo médico.
El traspié de Federer significa, entonces, el adiós de uno de los jugadores que en la previa estaba destinado a hacerle frente a Novak Djokovic, quien en el día necesitó de dos sets para eliminar a Gilles Simon (6-3, 7-5), aunque sin esa contundencia que se le viene observando en sus últimas presentaciones. El primer parcial se lo llevó sin problema alguno, aunque le tocó remontar un quiebre en contra, pero en el segundo dejó ver una verdadera inconsistencia: le quebraron el servicio hasta ¡4 veces!, una de ella cuando sacaba para partido. El serbio, inmaculado desde que venció en el US Open, no tuvo una gran jornada con el servicio y pagó caro algunas definiciones en la red. Pero sin importar esto dio un paso más hacia la reconquista del trofeo en la capital francesa y logró un récord en Masters 1000: 36 victorias en esta categoría una misma temporada.
En la inseguridad también cayó Kei Nishikori, quien no pudo completar su partido ante Richard Gasquet y terminó retirándose (6-7, 1-4) por una problema en los abdominales que le impedían sacar con comodidad. El caso del japonés va más allá y maximiza lo que ha sido un final de temporada realmente magro que incluye caída en primera ronda del US Open, semifinales en Tokio y despedida tempranera en Shanghái. Toda una incógnita si podrá estar a pleno para el Torneo de Maestros.
Y Rafael Nadal tampoco se escapó de las turbulencias. En este torneo, donde nunca ha podido proclamarse campeón, sufrió demasiado para doblegar a un duro Kevin Anderson (4-6, 7-6, 6-2), donde incluso salvó una bola de partido. El sudafricano rozó su primera victoria ante el español pero quedó en deuda en un tiebreak donde su servicio, su arma aliada, no le funcionó al máximo y terminó dándole vida a un Nadal que parecía tener boleto a casa. En el tercero la inyección anímica fue para el ex número uno del mundo, que pudo quebrar en dos ocasiones para estar en los cuartos de final.
En París, el último Masters 1000 del año, los cuartos de final se jugarán de la siguiente manera: Djokovic vs. Berdych; Wawrinka vs. Nadal; Ferrer vs. Isner y Gasquet vs. Murray.
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg» ]Fabián Valeth Orozco @FabianV_: Redactor. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]