Se cumplió la profecía y Roger Federer volvió a ganar Wimbledon. Con 35 años, demostró una vez más que está en plenitud de condiciones y con la magia que acostumbra a despegar de su raqueta derrotó cómodamente a Marin Cilic con parciales de 6-3, 6-1 y 6-3 en dos horas de juego. Para el suizo es su octavo título en el All England Tennis Club, su decimonoveno Grand Slam y su título 93º en el circuito masculino. Además, es la primera vez que celebra en Londres un campeonato sin perder sets.
A continuación contaremos a ustedes lo que aconteció en uno de los encuentros más esperados del año:
Federer aplica la experiencia (6-3):
Después de un inicio dubitativo en el que el nerviosismo se le notó a Roger Federer, este reaccionó a tiempo, superó un momento de crisis y tomó el bastón del partido para adelantarse en la pizarra. Los primeros games del encuentro mostraron a un Marin Cilic agresivo e incisivo sobre el revés de su rival. La opción inaugural de quiebre estuvo en su raqueta, pero así como llegó se le escapó. El tren pasó en ese momento para el croata y de ahí en adelante todo fue del siete veces campeón de este evento, quien quebró en el game inmediatamente siguiente (4-2) y luego lo volvió a hacer en el noveno juego para ponerle fima a la pizarra por 6-3.
La clave: el servicio de Roger Federer, pues ganó 18 de los 24 puntos que disputó con ese golpe. Además, salvó el único break point en contra que enfrentó.
La inercia de Roger Federer (6-3, 6-1):
Dicen que cuando pasa el tren hay que tomarlo y eso lo tiene claro Roger Federer a sus 35 años y con casi dos décadas en el circuito profesional. El nacido en Basilea dio un golpe fulminante a la autoestima de su rival en el inicio del segundo set con un quiebre tempranero que lo puso 3-0 en un abrir y cerrar de ojos. ¿Y tuvo reacción Cilic? El croata llegó al cambio de lado, pidió el médico y rompió en llanto, sin mostrar algún síntoma de dolor en su cuerpo. Se llegó a pesar lo peor, pero Cilic no se rindió, salió al ruedo e hizo lo que pudo en el resto del parcial. De lo demás se encargó, el ganador de 18º grandes, quien volvió a tomar el saque del inestable rival para inclinar el marcador por 6-1.
La clave: nuevamente el servicio de Roger Federer marcó el hilo conductor del set. 16 de los 18 puntos quedaron de su lado con ese golpe.
Federer vuelve a ser el dueño de Wimbledon (6-3, 6-1, 6-4):
Pasaron cinco años para que Roger Federer volviera a levantar el título de Wimbledon. Muchos creyeron que era una leyenda sin vida, pero este, en silencio y con mucho trabajo pudo volver a la primera escena del tenis mundial. El tercer parcial fue el más parejo de todo el encuentro y no se presentaron quiebres hasta el mítico séptimo game. Allí, apretó el gatillo el exnúmero 1 del mundo, para robar por cuarta vez el saque al croata y así encaminarse hacia su octava corona en Londres. Fue cuestión de tiempo para levantar la manos y coronarse campeón, con su mayor arma; el servicio.
La clave: cómo en todo el partido, el servicio siguió siendo su punto más fuerte. El suizo 21 de los 28 puntos que disputó y no cedió opciones de quiebre.
Redacción Match Tenis
