La ex tenista colombiana explicó por qué haber hecho parte de un equipo universitario de tenis fue tan beneficioso para su formación.
Hoy por hoy, Gabriela Mejía se desempeña como entrenadora en la categorías juveniles de la Academia IMG en la ciudad de Miami (Florida). La pasión por el tenis ha marcado el ritmo de su proyecto de vida, pues, desde que competía en el Circuito Nacional Juvenil, tenía claro que su futuro estaría ligado al tenis.
En sus años de adolescente soñaba con ser profesional. Sin embargo, el paso del tiempo fue cambiando su rumbo, y cuando le llegó el momento de decidir si continuaba dedicándose de lleno al deporte blanco o no, un viaje a Estados Unidos fue determinante para que tomara la decisión.
“Yo quería ser profesional, pero cuando comencé a viajar para jugar torneos futuros me di cuenta que no estaba lista para dar el paso al profesionalismo. Habían niñas uno o dos años menores que yo, que lucían mucho mejor en lo físico y que además iban para la Universidad“, relata Gabriela, quien confesó haberse sentido confundida debido a que en Colombia “existía el pensamiento de que si uno se iba para la universidad era porque se iba a retirar”.
Pero aquel viaje de vacaciones a Orlando (Florida), le abrió una nueva puerta a esta entrenadora colombiana. “Cuando estuve allá (en Orlando) pasé por la Universidad de Miami, hablé con la entrenadora, tuve la oportunidad de ver un par de entrenamientos y me gustó el esquema de trabajo”, recuerda. ¿Pero qué fue lo que más le atrajo de las sesiones de entrenamiento a las que asistió? “En la universidad conocí una nueva faceta del tenis: se trabajaba más en equipo, pero se seguía compitiendo a un alto nivel”, asegura.
Fue entonces cuando decidió iniciar una carrera en la Universidad de Miami. Gabriela comenzó a estudiar Finanzas y Mercadeo, y de paso se unió al equipo de tenis en esa institución. “El primer año en la universidad fue durísimo para mí, porque en Colombia yo hacía parte de la mejor camada de jugadores en mi categoría, y al cruzarme con niñas de Estados Unidos y de Europa me di cuenta que me faltaba mucha preparación”.
Tal vez por idiosincrasia, o por simple desconocimiento, la cafetera subestimó el sistema educativo del país norteamericano y sus exigencias. “Por normas de la Universidad, no podíamos entrenar más de cuatro horas diarias. Pensé que iba a ser muy fácil, pero cantidad no es lo mismo que calidad (…) Ese año de adaptación también me costó mucho, porque no tenía la disciplina de estudiar y entrenar al mismo tiempo“, asegura.
No obstante, tras superar la etapa de adaptación el entorno universitario estadounidense, Gabriela sacó adelante su carrera y aprendió a equilibrar las cargas de sus deberes académicos y deportivos. Tuvo la oportunidad de representar a su universidad en distintos torneos regulados por la NCAA y se fue formando, simultáneamente, como persona y como profesional. “Cuando uno no ha contado con una estructura sólida de disciplina y compromiso desde el comienzo de la carrera, como le pasa a muchos jóvenes en nuestro país, un sistema educativo como el de Estados Unidos suple grandes vacíos en ese aspecto. Son enseñanzas que te sirven para la vida en general”.
Para más información visita: becasamericanas.net o llama al 6127338 (Bogotá)
Puedes seguir a Becas Americanas en redes sociales:
Facebook: U.Scholarship Advisers (Becas Americanas)
Twitter: @BecasAmericanas2018
Instagram: BecasAmericanas2018
