El italiano entregó una interesante entrevista donde contó detalles de su vida diaria.
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El tenista de moda es, sin dudas, Jannik Sinner y en Italia muchísimo más. Actual campeón del Abierto de Australia, el fin de semana sumó el trofeo en Rotterdam y con este alcanzó el número 3 del mundo, una posición que nunca antes un italiano había logrado.
Es por eso que los focos apuntan cada vez con más razón y la edición italiana de la revista Vanity Fair tuvo la oportunidad de tenerlo para hablar de tenis y de otros temas de su vida personal, aunque sobre esta última dejó claro por qué no le gusta tocarlo tanto.
“La vida privada prefiero mantenerla de esa manera. Quiero proteger a las personas que tengo cercanas, teniéndolas fuera de todo. Lo veo como una pequeña tarea a realizar, casi un deber: ellos me ayudaron, cuando era joven, a ganar confianza en mí mismo, y hoy de alguna manera quiero protegerlos”, comentó.
Sinner también se refirió a si le gusta controlar todas las cosas que suceden en su vida diaria, aunque especifió que solo lo hace con aquellas que están ligadas a su trabajo. “Si quiero ir al zoológico, voy. Soy un chico normal fuera de las canchas. Me gusta jugar al Playstation, ir a cena de vez en cuando, aunque la mayoría de las veces prefiero estar en casa tranquilo”.
El reciente campeón en Melbourne agradeció, además, el haber encontrado personas que lo han guiado por el camino correcto y que, actualmente, intenta seguir ese lugar al 100%. El ejemplo más cercano fue lo que hizo luego de ganar su primer Grand Slam: “El domingo jugué la final, al día siguiente volé a Italia y a la mañana siguiente fui inmediatamente al gimnasio. No celebré en exceso, no bebí, porque no es bueno para el cuerpo. Fuimos a comer algo y luego volví al hotel”.
Uno de los momentos más particulares de la entrevista fue cuando le preguntaron su relación actual con el dinero, recordando una anécdota que cuando tenía 8 años decidió comprar una máquina encordadora para no gastar regularmente en encordados.
“Antes de comprar algo siempre miro el precio, siempre. Si voy a un restaurante y la pasta con salsa de carne cuesta mucho más que la de tomate, me quedo con la de tomate. No porque sea tacaño, sino porque respeto el dinero“, expresó Sinner.
Por último, Sinner puso a Roger Federer como el jugador a quien le hubiese gustado enfrentar, así como la posibilidad de ser número uno del mundo: “El futuro no se puede predecir. Sin duda es un sueño y estamos trabajando para acercarnos lo más posible”.
Redacción Match Tenis
