martes - septiembre 2, 2025
Inicio WTAJelena Dokic, una estrella que se apagó por la violencia intrafamiliar

Jelena Dokic, una estrella que se apagó por la violencia intrafamiliar

por Andrés Peraza
3,K vistas

En su libro “Indestructible”, la ahora entrenadora de 37 años decidió narrar los múltiples maltratos de su progenitor.

Corrían los primeros meses del año 2000, y aunque en 1999 el planeta tenis ya había tenido pistas de lo que podía llegar a ser -gracias a una victoria sobre la N°1 Martina Hingis en Wimbledon-, fue el comienzo del nuevo siglo el que puso a Jelena Dokic en boca de todos.

La australiana de origen croata -con apenas 17 años- daba señales de su potencial al alcanzar las semifinales de dos magnos eventos como Wimbledon y los Juegos Olímpicos, que aquel año se disputaron en Sidney (Australia). Todo parecía dado para que irrumpiera en la élite, pero a medida que su reconocimiento fue creciendo también se empezó a conocer el karma que vivía en la intimidad por culpa de su padre.

Su autobiografía, titulada «Indestructible«, fue la puerta de escape al sufrimiento y los maltratos que padeció durante años. Allí confiesa que recibía patadas en las espinillas por no entrenarse bien e incluso era golpeada hasta quedar casi inconsciente. Pero asegura: «Lo que me dolía era el maltrato emocional… más que el físico. Escuchar las cosas que me decía a los 11 o 12 años, esas cosas tan sucias, era lo que más me costaba digerir«.

Uno de los momentos más memorables en la carrera de Dokic se convirtió, tal vez, en una de las situaciones más difíciles de su adolescencia. Se remonta a su participación en Wimbledon, en el año 2000, cuando cayó ante Lindsey Davenport en semifinales. «Ese debió ser uno de los mejores momentos de mi carrera, pero después del partido mi padre pensó que yo era una vergüenza y no me permitió volver al hotel”.

Debido a la agresiva reacción de su padre, la joven talentosa tuvo que dormir en las instalaciones del All England. «Tuve que quedarme en el salón de jugadores esa noche e intentar dormir allí. Me escondí esperando que nadie me fuera a encontrar, pero los colaboradores del club me vieron a las 11 de la noche. Tuve que buscar otro lugar donde dormir por la noche, sin dinero, sin tarjeta de crédito… nada», relata en su biografía.

Su verdugo…

Damir Dokic fue combatiente en la Guerra de Croacia en la que luchó para los serbios. Estuvo suspendido durante seis meses en los torneos organizados por la WTA después de lanzar múltiples insultos por el tamaño de su porción de salmón en la sala de jugadores del US Open en el año 2000. Por si fuera poco, ese mismo años tuvo inconvenientes con algunos espectadores y además le rompió el teléfono a un periodista en Londres.

Ha estado en la cárcel por amenazas y posesión ilegal de armas; además, golpeó a periodistas e insultó a organizadores de diferentes torneos, hasta que la WTA decidió vetarlo de todos sus eventos. En 2009 fue detenido por la policía serbia tras haber amenazado al embajador de Australia en ese país con una granada en mano.

Cerca del suicidio

Los constantes maltratos que sufrió a lo largo de su juventud llevaron a Jelena a pensar en quitarse la vida. Se sentía menospreciada y no quería seguir bajo la supervisión de su padre. Así lo cuenta: «Sentí que todos estarían mejor si yo no estaba aquí. Todo lo que quería era tener una vida normal y jugar al tenis en paz (…) Perdí la confianza y la autoestima; incluso, cuando me fui de casa mi padre me hizo pasar por un infierno y mi vida fue realmente difícil”.

La profunda depresión en la que cayó la tuvo alejada de las canchas durante casi cuatro años. Entre 2005 y 2008 disputó apenas un Grand Slam, por lo que cayó de la cuarta posición del ranking hasta el puesto 621. Pero regresó en 2009 para disputar el Australian Open, al mismo tiempo que su padre era arrestado en Serbia.

Acompañada por su novio, a quien le agradece y le dedica algunas páginas de su libro, la nacida en Osijek alcanzó los cuartos de final y parecía que volvería a meterse en las primeras planas del circuito femenino, pero su nivel nunca fue el mismo. «Hice todo lo que pude haber hecho por él y mi familia: cuando salí de casa le di todo mi dinero y seguí haciéndolo durante años. Sin embargo, llegó a una etapa en la que ya no se trataba del tenis, se trataba de si alguna vez podría volver a vivir una vida normal después de casi suicidarme»

Hoy por hoy, la ex tenista se desenvuelve como entrenadora. Dejó atrás la crudeza de su pasado y piensa en disfrutar de su vida, aprovechando que se liberó de quien fue su verdugo durante décadas, aunque también confiesa haberlo perdonado y llevar una relación al menos cordial. «Viví durante casi 30 años con algún tipo de dolor, así que creo que era hora de seguir adelante y mirar hacia el futuro (…) tengo la suerte de estar aquí, así que todavía pienso que soy más afortunada que la mayoría».

[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/1122365846247096320/gFoXr9nB_400x400.jpg» ]Marcelo Becerra Concha (@Marcelob11) Disfruto conociendo el mundo del deporte desde adentro. Bogotá.[/author]

También te puede gustar

Deja un comentario

* Al utilizar este formulario usted acepta el almacenamiento y tratamiento de sus datos por parte de este sitio web.