La tenista alemana es la única habitante del top ten que sigue con vida en La Catedral y este martes plasmó su favoritismo tras clasificarse a las semifinales.
Angelique Kerber por segunda vez en el año se instaló entre las cuatro mejores de un Grand Slam (Australia), tras superar a Daria Kasaktina con parciales de 6-3 y 7-5 en una hora y media de juego. «Sabía que iba a ser un partido parejo y largo», comentó minutos después de su vigésimooctava victoria en Wimbledon «pero hoy traté de jugar punto tras punto y solo pensar en eso».
Durante el primer set la diferencia la marcó la experiencia de la nacida en Bremen, pues aprovechó los nervios de su rival y tomó su servicio en dos ocasiones, hecho que se tradujo en un 6-3 en tan solo 34 minutos. El desarrollo del segundo parcial fue un vaivén de emociones que se resumió en siete quiebres y en puntos de un alto nivel.
Kasatkina invitó a Kerber a conocer todos los rincones de la cancha y esta, con su habitual contragolpe, ganó puntos de gran calidad. «Fue un muy alto nivel sobretodo en el segundo set y corrí por todas partes porque ella me movió mucho», expresó la exnúmero 1 del mundo, que prosiguió, «pero al final traté de no darme por vencida y correr cada punto».
Con esta victoria, la teutona se clasificó por tercera vez a la semifinales de Wimbledon (2012, 2016 y 2018). «Es maravilloso volver a las semifinales y no importa quien será mi rival, estoy enfocada en sacar mi mejor tenis», finalizó la jugadora que enfrentará por un cupo en la final a Jelena Ostapenko.
Redacción Match Tenis