Colombia quedará en el recuerdo de este sueco de 17 años, luego de capturar el título más importante de su naciente carrera en Barranquilla.
En vísperas del inicio de una nueva Copa Davis, esa en la que Colombia buscará la próxima semana su cupo al Grupo Mundial ante Suecia, un jugador nacido en esas latitudes se robó la atención de los fanáticos en nuestro país. Se trata de Kevin Chahoud, un juvenil de 17 años que este fin de semana se convirtió en el campeón de la XXXVI edición de la Copa Barranquilla.
«Es una sensación increíble«, fueron las primeras palabras del campeón ante los micrófonos de Match Tenis. «Este es uno de los torneos más importantes del circuito. Ya había venido acá en otra ocasión, pero sin duda que esta ha sido inolvidable. Estoy muy contento con la semana que tuve», agregó mientras se ponía una bolsa de hielo en su cuello.
‘Kev’, como lo llama su entrenador, nació en Suecia el 8 de octubre de 2001. Recorre el circuito junior representando la bandera del país nórdico, pero también se considera libanés, puesto que sus padres nacieron allí antes de trasladarse al norte de Europa. «He tenido la oportunidad de vivir y competir en ambos países. Siento mucho cariño por Suecia y por el Líbano, me considero de ambas nacionalidades», asegura.
Chahoud pasará a la historia de la Copa Barranquilla como el primero en coronarse en su nueva sede, el Parque Distrital de Raquetas. «Es un honor para mí», confesó tras imponerse 6-3 y 6-4 sobre el estadounidense Jacob Bullard. Pero a pesar de haber capturado el título más importante de su naciente carrera sobre pista dura, él prefiere jugar sobre arcilla por una razón particular. «Mi torneo favorito es Roland Garros, no solo por ser el torneo más importante del mundo sobre polvo de ladrillo, sino que es donde Rafa ha demostrado lo mejor de su tenis», explica.
Sobra decir que el español, dueño de once coronas en el certamen parisino, es su ídolo absoluto. «No lo conozco, pero sería un sueño conocerlo este año en caso de poder estar en París (..) Para eso tengo que mantenerme en este nivel y ganarme un cupo en el Grand Slam junior», relata Kevin
Y en ese proceso de desarrollo como tenista, su entrenador David Bergström se ha convertido en un pilar. «Disfruto de estar con mis amigos, también me gusta practicar otros deportes, pero el tenis consume la mayoría de mi tiempo, así que cuando estoy libre paso mucho tiempo en mi celular»; y aclara: «A veces, David me quita el celular, porque piensa que debo centrar mi energía en cosas que me ayuden a crecer como persona y como jugador«.
Kevin y David comenzaron a trabajar hace apenas tres semanas, pero los resultados están a la vista. «Me ha ayudado a crecer muchísimo, especialmente en el aspecto mental», cuenta el pupilo. «Nos conocimos en noviembre del año pasado, porque soy amigo de su ex entrenador. Mi amigo no pudo continuar y decidimos probar suerte juntos en esta temporada», agrega David.
«Me gusta su actitud, su proyección y confío mucho en su talento. Le encanta ganar y eso es importante, pero también es importante que aprenda a jugar de acuerdo a lo que le exigen los partidos. Ese es el trabajo que venimos haciendo juntos».
Ante la inminencia del choque entre colombianos y suecos el próximo mes de febrero en el Palacio de los Deportes, Kevin se detuvo a analizar lo que podría ocurrir en la serie. «Va a ser una confrontación muy pareja. Ambos países tienen jugadores de un nivel bastante similar, y aunque las condiciones van a ser difíciles para mi país, pienso que tienen oportunidad de clasificar al Grupo Mundial», expresa el nacido en Estocolmo, quien ha tenido la oportunidad de entrenar junto a los hermanos Ymer, las principales cartas del equipo europeo en su visita a Bogotá.
Ahora, este joven sueco viajará a territorio ecuatoriano para luchar por el torneo Grado 1 de Cuenca, que se disputará sobre la superficie que más le gusta. Allí tendrá la oportunidad de seguir construyendo su camino hacia París, donde podría toparse en alguno de los pasillos con el rey de la arcilla. «Estoy entregándolo todo para convertirme en profesional. Sé que depende de mí, de trabajar mucho y de aprender todos los días para un día competir en el circuito ATP, y ojalá tenga el privilegio de cruzarme con Rafa«.
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