Un detallado perfil de los vallecaucanos, realizado por Juan Diego Ramírez, relata la manera como la vida los juntó para que ahora disfruten de estar en la élite del tenis mundial.
Han pasado ocho años desde que Juan Sebastián Cabal y Robert Farah tomaron la decisión de recorrer las canchas del planeta tenis como equipo. Fue en 2010, cuando Robert se graduó de Economía en la Universidad de California, que este par de amigos comenzaron a jugar juntos en el circuito profesional.
Pero la historia se empezó a escribir mucho antes del inicio de esta década, en una zona bastante lejana del país al que hoy enorgullecen con su tenis, pues, la familia Farah Makssoud se encontraba en el Líbano -su país de origen- cuando estalló la Guerra Civil de 1975.
“A veces escuchábamos el silbido de los misiles en el aire antes de que cayeran. Era terrible«, recordó Patrick Farah -el padre- en declaraciones para la web oficial de la ATP. «Nos escondíamos y pasábamos largas horas en la oscuridad, sin agua. Romy -la hermana- era una bebé de tres meses. Y Eva -la madre- estaba desesperada. Lo único que hacíamos abajo era rezar”.
Por entonces, Robert aún no había nacido; transcurría el año 1984 y la situación era cada vez más hostil para esta familia oriunda del Líbano, que decidió abandonar el país para resguardarse en Montreal. Una vez en territorio canadiense, Eva se quedaría allí con Romy, mientras Patrick viajaba a Europa con el propósito de abrir un nuevo camino aprovechando los conocimientos relacionados con el deporte blanco que adquirió durante el inicio de la década de los 80′ en París.
Sin embargo, el plan no resultó y el líder de la familia debió regresar a Montreal para radicarse junto a su esposa y su pequeña hija, durante tres años, en la punta norte del continente americano. En ese lapso nació Robert, y un par de meses después la familia se trasladó a Cali para pasar las vacaciones, sin saber que nunca tomarían el avión de vuelta hacia Canadá.
En ese viaje, «un amigo me invitó a dar una clase en la Liga del Valle. Yo la di en inglés, porque no sabía nada de español, y los papás de los niños me contactaron para solicitarme más clases. Les di mi tarifa en dólares para que desistieran, pero no lo conseguí. (…) Eva consiguió puesto como profesora del Liceo Francés una semana antes del día programado para el regreso a Montreal, así que decidimos quedarnos. Cali nunca nos dejó ir«, aseguró Patrick, quien a partir de ese momento se convirtió en el mentor de sus dos hijos.
Los caminos de Robert y Juan Sebastián coinciden por primera vez
Imagen tomada de @ATPWorldTour
Ya instalados en Colombia, los Farah se unieron definitivamente a la familia del tenis en Cali, y fue un torneo departamental el escenario en el que los doblistas cafeteros se conocieron. “Robert jugaba en la cancha 1 y ‘Sebas’ estaba en la cancha 2. ‘¿Quién es ese niño tan bueno?’, me pregunté al ver a ‘Sebas’. Era luchador, tenía una buena buena derecha y era menor que su rival… Lo mismo pasaba con Robert», expresó Patrick, que recuerda ese día «como si hubiera sido ayer».
Pero, ¿qué recuerdos tiene Cabal de aquel día? “No me voy a olvidar de la gorra de Robert (…) La visera era totalmente plana, llamaba mucho la atención. Eso lo tengo grabado. Casi todos los recuerdos que tengo de los dos juntos, a partir de ahí, son en una cancha de tenis”, rememora su compañero de mil batallas.
Una vez creado el lazo de amistad entre ellos, comenzaron a competir en la Liga del Valle, ambos bajo la batuta de Patrick. Cada vez que tenían que enfrentarse entre sí, el ambiente se cargaba de tensión, pero su amistad jamás corrió peligro. «Por fuera de la cancha seguían siendo amigos”, aseguró el papá de Robert.
Crecieron, se radicaron en Bogotá apoyados por Colsanitas y allí conocieron a un risaraldense y a otro vallecaucano: Santiago Giraldo y Alejandro Falla. Sin embargo, sus caminos se separaron cuando Juan Sebastián se rompió el ligamento cruzado en un Challenger en México, mientras Robert, falto de confianza, optó por comenzar una carrera universitaria.
Parecía el cierre de una linda etapa para ambos, pero la perseverancia de Cabal, sumada a los buenos resultados obtenidos por Farah -campeón nacional del NCAA Championship en 2008-, reabrieron el camino del profesionalismo para los dos. “En 2009, en el matrimonio de Pablo González, me acuerdo de decirle a Sebas que en 2010 salía de la universidad y que sería buenísimo que empezáramos a jugar juntos”.
A partir de aquel momento comenzó la historia que hoy por hoy los tiene como una de las mejores parejas del circuito mundial masculino. Dos títulos en sus tres primeros torneos como dupla -ITF Futuro de Venezuela y Challenger de Bogotá- fueron la puntada inicial de las once coronas ATP que por ahora aparecen en su palmarés.
«Si miras hacia atrás, es impresionante que justo Sebas, la persona con la que crecí, sea con la que esté haciendo tantas cosas buenas por nosotros y por el tenis«, sostuvo Farah, que hace menos de una semana escribió una página inédita para el tenis cafetero, junto a su amigo del alma, en el torneo más exclusivo del mundo, el Torneo de Maestros.
Redacción Match Tenis
