Solo hubo uno en la final y este fue Novak Djokovic. El serbio sigue hilvanando un 2015 de ensueño y doblegó 6-2, 6-4 a Andy Murray para ganar el último Masters del año. Además, sigue batiendo marcas e hitos en el tenis.
Foto: Dean Mouhtaropoulos/Getty Images Europe
El de París-Bercy no fue un título más, fue la consolidación –una vez más- de la gran temporada que lleva Novak Djokovic sobre la espalda; de un año donde ha demostrado tener la batuta de inicio a fin. El serbio se ha mostrado tan impoluto que los números que ha conseguido asombran y asustan, es para encuadernar en la historia este curso que lo ha propulsado a lo más alto, a lugares estratosféricos que lo hacen casi que pelear con los mejores que ha tenido este deporte.
Ante Andy Murray, el serbio ha llevado un partido sólido de inicio a fin y nunca ha puesto en tela de juicio su victoria. En el primer set solo fue lanzar el arpón desde el inicio para castigar las aspiraciones de su rival, esa estocada para mandarle un telegrama haciéndole saber que iba por el trofeo sí o sí. Djokovic danzaba, tiraba a un lado a otro, estiraba sus articulaciones para llegar a pelotas casi imposibles; se defendía como un gato y atacaba como león. Su servicio estaba tan aceitado que Murray no podía encontrar hueco alguno, en contraparte, el escocés sufría para mantener sus juegos de saque, era casi una misión imposible.
El manotazo final llegó en el séptimo juego, cuando Djokovic volvió a tomar la ventaja definitiva que le garantizaba ganar el primer capítulo y quedar a solo uno de convertirse en el más ganador de este Masters 1000, dejando atrás al ruso Marat Safin quien había entorchado tres trofeos en este suelo en su carrera.
En el segundo parecía que Nole iba en motocicleta hacia la victoria. Tomó el saque de su rival apenas en el amanecer y todo apuntaba a que sería un final a toda marcha. Sin embargo, Murray sacó las uñas, remontó y pudo ponerse por delante por primera vez en todo el encuentro y dio a pensar que podía haber equilibrio, que todo podía decantarse, por qué no, a un tercero.
Pero cuando Djokovic decide terminar con la faena saca los dientes y fulmina a su rival. Desde ahí solo hubo uno y ese fue el de Belgrado, volvió a carcomer los restos que quedaban de Murray, atacó de lado a lado, impuso su deseado ritmo y aprovechó el sinnúmero de errores, el concierto de fallas que el tres del mundo pespunteaba una tras otra. Djokovic terminó levantando el puño, una vez más, la décima vez en 2015 que termina siendo el mejor de un evento.
Así, Novak se convierte en el primer jugador de la historia en ganar seis Masters 1000 en un mismo año (Indian Wells, Miami, Montecarlo, Roma, Shanghái y París) y solo queda a uno del máximo campeón de esta categoría: Rafael Nadal con 27. Además, alcanzó su 58º trofeo en carrera y alcanzó al mítico Ilie Nastase en el noveno lugar histórico, su próximo objetivo será Andre Agassi que conquistó 60 coronas. Un año impecable para el serbio, que tiene el plus, además, de haberse llevado tres de los cuatro Grand Slam. Djokovic es amo y señor de París y de la ATP en la actualidad.
[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg” ]Fabián Valeth Orozco @FabianV_: Redactor. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]
