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La pareja de dobles formada por Taylor Townsend y Jessica Pegula le dio el pase a Estados Unidos para las semifinales de la Billie Jean King Cup, tras derrotar por 6-2, 7-6 a Elena Rybakina y Yulia Putintseva. El equipo de Kazajistán, capitaneado por Yuriy Schukin, en principio iba a apostar por Anna Danilina y Zhibek Zulumbayeva, pero acabó por decantarse por sus jugadoras en los duelos individuales. Putintseva, que perdió ante Navarro, y Rybakina, que ganó contra Pegula.
Estados Unidos, con 18, es el país que más veces ha levantado el trofeo, siendo la última en 2017 y la primera en 1963 (estreno), mientras que Kazajistán se ha quedado sin jugar su primera semifinal. El equipo que lidera Lindsay Davenport se une a Italia y Ucrania en el cuadro de semifinales, y se enfrentará a Gran Bretaña, que venció a Japón.
La pareja kazaja, que contaba con la única ganadora de Grand Slam (Rybakina en Wimbledon 2022) presente en la competición, se vio superada por la experiencia y la superioridad en la red de las norteamericanas. Taylor Townsend, que es 116° del ranking de sencillos, pero número 1 en dobles, empezó errática. Sin embargo, en cuanto empezó a afinar en la red puso por delante a su equipo y estuvo magistral encontrando los espacios libres y abriendo ángulos muy complicados para las kazajas.
El primer set acabó muy rápido y con un tándem venido a menos, el de Rybakina y Putintseva, que vio como cada volea o remate de la número 1 iba a la línea. Sus ajustes tácticos en la pausa les sirvieron para conservar su saque, no sin sufrir, y para romper en el cuarto juego y ponerse 4-1 arriba. Empezaron a jugar bolas más altas hacia el fondo de pista y a ser más agresivas en la red.
Sin embargo, Estados Unidos volvió a encontrar pelotas fáciles cerca de la cinta y a incomodar a Kazajistán, que contaba con una Rybakina un poco desubicada en la pista, pero con Putintseva tirando del carro desde el fondo.
El set llegó al tie-break y Townsend se creció, asumiendo unos riesgos justificados en la red y sacando como nunca. Un arsenal de golpes variados que no pudo frenar la pareja kazaja, que solo veía las bolas en las repeticiones ante tal velocidad de ejecución.