El español salió de un duro partido en los octavos de final.
El duelo ante Adrian Mannarino, por los octavos de final del Abierto de Australia, era aparentemente sencillo en el papel para Rafael Nadal. Sin embargo, el francés significó una dura prueba para el ex número uno del mundo, quien debió exigirse, sobre todo en el primer set, para poder clasificar a los cuartos de final.
De hecho, ganar el tiebreak del primer set fue fundamental para que el español concretara la victoria, un desempate que se extendió por casi 30 minutos y que terminó a su favor por 16-14, salvando en el camino cuatro set points que dispuso Mannarino.
«El primer set fue muy, muy emotivo. Cualquier cosa podría haber pasado allí. Tuve un poco de suerte al final. Tuve mis oportunidades, pero él (Mannarino) también las tuvo», comentó Nadal, que también dejó claro qué fue lo más difícil que tuvo que enfrentar del tenis galo.
«Su bola fue muy difícil de controlar, muy rápida y plana. Estaba teniendo un feeling de pelota impresionante. Normalmente, las bolas altas con efectos le suelen molestar, pero hoy no era el caso. Devolvía todo y no me dejaba respirar. Todo ocurría rápido y también estaba sacando bien», continuó.
Ahora, el ganador en Melbourne en 2009 tendrá una durísima prueba ante Denis Shapovalov, quien se llevó el duelo ante Alexander Zverev en tres sets. ‘Rafa’ tiene claro que será un partido muy complicado.
«Viene de ganar un partido complicado, pero el partido de hoy me va a dar mucha confianza. Me esforzaré al máximo para hacerlo lo mejor posible, con la ilusión de jugar bien. Tendré mis opciones y eso es lo que voy a intentar. Estoy emocionado, la verdad. Hace unas semanas no me esperaba estar donde estoy ahora».
De ganar ante el canadiense, Nadal volvería a las semifinales del Abierto de Australia luego de tres años: en 2019 fue finalista donde cayó en el partido decisivo ante Roger Federer.
Redacción Match Tenis
