A pocos días del inicio de una nueva edición de Roland Garros, Rafael Nadal vuelve a ser el centro de atención: no por un nuevo título, sino por una reveladora confesión que ha sacudido al mundo del tenis. En una entrevista reciente con el diario L’Equipe, el 14 veces campeón del Grand Slam parisino ha admitido que, en retrospectiva, se arrepiente de no haberse retirado tras su épico triunfo en 2022.
«Si me preguntas hoy, sí, me habría retirado después de Roland Garros. Pero en 2022, ¿cómo podría haberme retirado si estaba en un gran momento deportivo, feliz de estar jugando al tenis?», declaró Nadal.
En aquel año, Nadal se coronó campeón en el Abierto de Australia y luego conquistó su decimocuarto Roland Garros, ampliando su leyenda y alcanzando los 22 títulos de Grand Slam. Sin embargo, su cuerpo empezaba a enviar señales de agotamiento. Las lesiones no tardaron en aparecer: una abdominal en Wimbledon y, más tarde, una de cadera en el Abierto de Australia 2023, que marcaría el principio del fin de su carrera competitiva.
Aun así, la decisión de seguir en el circuito pesó más que los dolores. Fue esa competitividad natural, esa pasión que lo ha distinguido durante dos décadas, lo que lo impulsó a continuar, aun cuando las circunstancias ya no eran las ideales.
Finalmente, en noviembre de 2024, Nadal anunció oficialmente su retiro tras las Finales de la Copa Davis. Hoy, ya lejos de las pistas, dice vivir una vida sin dolor y sin añorar el rigor del circuito profesional. Disfruta de su familia, de su fundación y de nuevos proyectos personales, agradecido por todo lo que el deporte le ha dado.
El próximo 25 de mayo, Roland Garros le rendirá un homenaje en la pista Philippe Chatrier. Aunque Nadal insiste en que no busca reconocimientos, el cariño del público parisino y su lugar en la historia del torneo son incuestionables.
