Tres años pueden ser una eternidad y más cuando extrañamos batallas épicas de tenis. Del Potro y Rafa Nadal, cruzaron sus caminos por última vez en la pista en Shanghai. El argentino ganó ese partido y a partir de ahí, su calvario en forma de lesiones acompañaría sus días para infortunio de este deporte. Ambos tenistas llegaban a la cita olímpica inmersos en dudas, paradójicamente, las muñecas siendo culpables directas en la preocupación del tenis español y argentino. Afortunadamente, estos días han demostrado su recuperación, prometen espectáculo añorado por dos luchadores asiduos a levantar al público de los asientos.
Rafa Nadal, podía haber competido en Triatlón estos días porque el maratón competitivo de la «Fiera» no tiene comparación posible. Finalista en dobles y semifinales en individuales, jugando sin estar al 100% es incomprensible si habláramos de un tenista normal. Rafa, leyenda sobre tierra batida, se agarró a la pista consiguiendo remontar la gran versión de Bellucci que observamos en el primer set. Acostumbrado a mover obstáculos gracias a su fe inquebrantable ha vuelto a hacer posible lo imposible. Frente a un excelente sacador, poseedor de una derecha brutal, la estrategia seguirá el plan
«Anti Federer». Castigando la zona de revés, Nadal conseguirá oxígeno para no estar expuesto a los cañonazos demoledores procedentes de la torre de Tandil. Rafa esta semana usó la derecha profunda y siempre obtuvo grandes réditos sacando a los rivales de la pista. También sumó al repertorio el revés cortado para cambiar velocidad en los intercambios. Arma que sin duda puede ser gran ayuda frente al bombardeo selectivo de Juan Martín.
Por otro lado, Juan Martín del Potro, firmando una semana made in Hollywood. Años luchando con el corazón desde el ostracismo, recaídas frecuentes que minarían la autoestima de cualquier deportista. Sin embargo, los campeones tienen un factor intangible: ADN ganador. Luchando contra sus miedos, las dudas procedentes de profesionales médicos, nada ha detenido a una fuerza imparable de la naturaleza. En Río tenía una primera ronda, casi inaccesible, Djokovic suponía prueba de acceso extremadamente difícil. Tras partidazo épico, ganó al serbio y recuperó la confianza en su derecha letal. Cuando los dolores en su maltrecha muñeca parecen olvidados, Del Potro asalta nuevamente al circuito impulsado por golpes imparables. Intentará maximizar el cansancio de Rafa Nadal tras una semana de infarto unida a la maratoniana final de dobles.
Hora para la épica y otra batalla entre dos gigantes que han construido trayectorias destrozando muros altísimos. Del Potro tendrá más gasolina en el tanque por jugar menos partido esta semana y Nadal exhibirá con plena satisfacción su flamante medalla de oro. Superando los reveses de la vida, precisamente será ese golpe la zona atacada para sacar ventaja. Campeones dentro de pista y fuera, derecha bestial o defensa indomable. Las medallas en todo lo alto.
[box type=»shadow» ]En la otra semifinal, Andy Murray, defensor del oro olímpico (venció a Steve Johnson 6-0, 4-6, 7-6) enfrentará a Kei Nishikori, que levantó tres bolas de partido en contra (7-6, 5-7, 7-6) para instalarse en la lucha por las medallas. [/box]
image=»https://media.licdn.com/mpr/mpr/shrinknp_400_400/p/3/005/09a/0da/1825e08.jpg» ] Alejandro Pinedo Solano: @Alejandropine29 El ojo de halcón da otra visión del tenis. Juego a juego, se ganan los partidos y el respeto[/author]
