Todo cae por su peso. Después de sufrir derrotas en las dos últimas finales de Grand Slam que disputó, Serena Williams volvió al escalón más alto de un torneo de tal envergadura e igualó una marca que le costó una que otra lagrima en el pasado. La número uno del mundo, superó a Angelique Kerber, por 7-5 y 6-4, para levantar su séptima corona en Wimbledon y alcanzar a Steffi Graf con 22 títulos ‘Major’, solo quedando atrás de Margaret Court, que registra el récord con 24.
La dinámica del encuentro siempre fue la misma: Serena embistió desde el primer hasta el último punto a su rival, logrando manejar a placer la velocidad del encuentro. Desde la potencia de su servicio, que reguló en promedio de 180 kilómetros por hora y la agresividad de sus golpes de fondo (39 tiros ganadores), la norteamericana fue tejiendo una celebración en Grand Slam que no lograba justamente desde hace una temporada. Por su parte, Kerber, intentó parar el vendaval del frente con aperturas, que lograron poner en varias ocasiones en jaque a su rival, pero que al final no lograron su principal objetivo: retener su segundo Grand Slam.
La primera muestra de peligro que generó la hermana menor de las Williams se presentó apenas empezado el encuentro. Tres bolas de break tuvo para tomar una rápida ventaja, sin embargo, la alemana logró solventar ese primer impace. La advertencia estaba hecha: ante el más mínimo parpadeo de Kerber, Serena iba a cobrar por ventanilla. El resto del parcial se desarrolló con normalidad, puntos brillantes, potencia de ambos costados, celebraciones y lamentaciones. Hasta que llegó el onceavo game, juego en el que la europea perdió el control de su servicio gracias a los riesgos que tomó la americana y en 48 minutos el set cayó en manos de la número uno del mundo.
Con la tranquilidad de nunca haber perdido una final de Grand Slam después de haber ganado el primer set (19-0), Serena salió a enfrentar la segunda manga sin miedo alguno. El fracaso de sus dos últimas definiciones de torneos ‘major’ no pasó por su mente, y como un cazador a punto de hallar a su primera presa del día, prosiguió su camino a la corona en la cancha principal del torneo más antiguo del mundo. El parcial fue digno de admirar. Cada jugadora, con sus armas defendió su servicio a morir. Williams dudó pero zafó en el peligroso séptimo game, que según el gentío, decide los sets. Luego, Kerber flaqueó en el juego siguiente y a pesar de tener una cómoda ventaja terminó cediendo su saque, situación que le costaría el partido.
Serena celebró un título que le estaba siendo esquivo. Quizás la presión, el momento o la situación no había sido la indicada. Pero este 9 de julio del 2016, en el torneo más longevo del mundo, llegó el día en el que una de las mejores jugadores de todos los tiempos alcanzó su tan anhelado 22° Grand Slam.
[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/624815401361346560/g6HAHEGJ.jpg” ]ANDRÉS VARGAS PERAZA: @andresvarperaza. Periodista especializado en tenis. Exjugador de tenis con puntuación ITF. Miro el deporte desde una perspectiva diferente. Estuve en el lugar del deportista, ahora del periodista. Director y editor del portal www.matchtenis.com.[/author]
