Recientemente se estrenó un documental en el que la rusa rememora la crisis que atravesó tras ser suspendida por dopaje en 2016.
La historia de María Sharapova tiene dos caras. Por un lado están los recuerdos de su precoz ascenso a la élite del tenis femenino en la primera década del siglo XXI, pero a medida que avanza la línea del tiempo, aparece, sin duda, el episodio más triste de su carrera, cuando fue suspendida del circuito tras haber dado positivo para meldonium, una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
La rusa estuvo alejada de la competencia oficial durante un año y tres meses, lapso en el que enfrentó sentimientos de impotencia, incertidumbre, rabia y decepción, pero que hoy valora como parte de una lección.
Precisamente, en los últimos días se estrenó un documental relacionado esta etapa de su vida; allí, según declaraciones compartidas por Punto de Break, explica por qué y desde cuándo tomaba meldonium, aclara que nunca quiso sacar ventaja deportiva e incluso se exime de la responsabilidad de haber ingerido esta sustancia.
Meldonium: como tomar una aspirina en Rusia…
“Desde que era muy joven noté inconvenientes con mi salud, así que mi padre acudió un médico personal en Rusia. Aunque viviéramos en EE.UU, él sentía más confianza con ese médico que, sin embargo, no tenía experiencia con deportistas (…) Después de los problemas de salud que tuve en 2006 me recomendó tomar meldonium, que en Rusia se toma como si fuese una aspirina”.
De la decepción a la frustración…
“Entre 2006 y 2015 me hicieron cientos de pruebas y nunca hubo problema. Pero a partir de enero de 2016 esta sustancia pasó a ser ilegal. Para mi fue una decepción muy grande que nadie me avisara nada, mientras que las federaciones de otros países les advirtieron a sus deportistas sobre las modificaciones en la lista de sustancias.
Luego de esa rueda de prensa (en la que anunció la noticia) borré todas las redes sociales de mi celular. Necesitaba protegerme, mantenerme centrada en lo importante y no exponerme a los juicios de los demás. Sinceramente, nunca me importó lo que pudiera pensar la gente sobre mi, pero cuando pasa algo así te das cuenta que te importa lo que sepan (…) Fue muy desagradable sentirme tan pequeña, pero lo mejor que podía hacer era superar el golpe y tomar el control de la situación. Mis padres me ayudaron muchísimo cuando peor estaba”.
Su ‘inocencia’ ante el hecho que desencadenó la suspensión…
“En cada equipo hay una persona que se encarga de su labor específica. En ese momento, tanto mi equipo como yo ya conocíamos la rutina a la perfección, y las sustancias que tomaba hacían parte de esa cotidianidad que me permitía mantenerme bien de salud, más no mejorar mi rendimiento como deportista.
Finalizando la temporada 2015, como cada año, le pedí a mi agente que se encargara de corroborar la lista de sustancias permitidas y prohibidas; sin embargo, él estaba solucionando algunos problemas personales y nunca corroboró la información. Fue su error”.
Las conclusiones de semejante experiencia…
“Desde la ITF insistieron mucho en que yo escondía que ingería meldonium y no hay nada más alejado de la realidad, porque durante muchos años fue una sustancia aprobada. Me sentí muy vulnerable en esa época de mi vida. Solo esperaba un poco de respeto, no les estaba exigiendo que me permitieran jugar al día siguiente. Siempre he estado dispuesta a luchar por lo que considero que es mi derecho. Fui una luchadora, así que cuando leí el informe y supe que me habían rebajado la sanción sentí mucha satisfacción, me sentí libre. El tribunal no estaba de acuerdo con la ITF, supieron que yo no ocultaba nada”.
[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/1122365846247096320/gFoXr9nB_400x400.jpg” ]Marcelo Becerra Concha (@Marcelob11) Disfruto conociendo el mundo del deporte desde adentro. Bogotá.[/author]
