En este 2025 se han jugado los Campeonatos Suramericanos en las categorías de 12 y 14 años, con un saldo altamente positivo para el tenis colombiano, pues el pasado sábado se consagraron por partida doble en 12, y un mes atrás festejaron en 14 femenino, lo anterior da pie para ilusionarse de cara al futuro, tomando como referencia estos resultados, ya que son el reflejo del trabajo realizado en las edades bases.
Lo hecho por Gabriela Yusti, Luciana Roa, Hannah Hernández, Paulo Agudelo, Samuel García y Alejandro Santamaría la semana anterior en Santiago de Chile, el tenis colombiano ya lo había logrado, fue seis años atrás en Córdoba (Argentina), cuando Valentina Mediorreal, Mariana Higuita, Valeria Amorocho, Alejandro Arcila, Santiago Ángel y Pablo Suárez gritaron campeones en el suramericano de 12 años; de ese sexteto, la mitad se perfila para apostar por una carrera profesional, siendo estos Mediorreal, Higuita y Arcila.
El tenis colombiano se ha consolidado en esta parte del mundo como un referente en las categorías de 12 y 14 años; sin embargo, ese protagonismo pasa a un segundo plano cuando se afronta los Campeonatos Suramericanos en 16, edad clave en el desarrollo del tenista, pues es el último eslabón para entrar de lleno en los certámenes del Circuito Mundial Junior. Es justamente allí, en el que se debe hacer un análisis riguroso de la situación para determinar las razones de ese contexto, pues mientras los argentinos y brasileños crecen exponencialmente, los nuestros parecen quedarse estancados.
No preciso que lo mismo vaya a suceder, no tengo una bola de cristal para determinar el futuro, tan solo es un llamado para revisar los procesos y mejorar esa transición a 16 años, puesto que, es evidente que algo sucede.
En lo personal, quiero ver a Gabriela Yusti, Luciana Roa, Hannah Hernández, Paulo Agudelo, Samuel García y Alejandro Santamaría; también a Laura Villamil, Gabriela Baena y Sara Lozano, las campeonas en 14 años, ocupando puestos de vanguardia en el Circuito Mundial Junior, batallando y guerreándola en los ITF J300 y los Grand Slam de la categoría, y porque no, siendo profesionales con resultados positivos.
Lo mejor de todo es que los jugadores que brillaron en la capital austral, no son los únicos de grandes condiciones en nuestro país, pues acá se quedaron tenistas como la nortesantandereana Mariangel Henao; la antioqueña Carla Arroyave; los quindianos Eilen Segovia y Jacobo Villalobos; el bogotano Alejandro Uribe; el bolivarense Emanuel Ordoñez; el santandereano Santiago Ravelo, este último, quien, siendo la segunda raqueta de Colombia en el ranking nacional juvenil al momento de la elección, no fue tenido en cuenta.
La semilla está y como si se tratara de una planta, toca regarlos muy bien para que a futuro los frutos sean más grandes.
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