La española Jessica Bouzas-Maneiro ha irrumpido con fuerza en el césped sagrado de Wimbledon, convirtiéndose en una de las grandes sensaciones del torneo británico. La joven gallega, de 22 años, alcanzó por primera vez en su carrera los octavos de final de un Grand Slam, y lo ha hecho con autoridad, talento y una mentalidad renovada que ha sorprendido tanto a rivales como a aficionados.
La tenista nacida en Vilagarcía de Arousa ha firmado una actuación memorable en el All England Club, donde no solo ha mostrado solidez táctica y consistencia desde el fondo de la pista, sino también una madurez competitiva que refleja el salto de calidad que ha dado esta temporada.
La más reciente víctima de la ibérica fue la ucraniana Dayana Yastremska, a quien venció este sábado en un duelo físico e intenso con parciales de 6-1, 2-6 y 6-3, convirtiéndose la primera espala que debuta en la fase de los 16 mejores en un ‘major’, en Wimbledon, por lo menos en la Era Abierta.
Bouzas-Maneiro inició su participación en Wimbledon 2025 con una victoria ante la alemana Ella Seidel, quien se retiró por lesión cuando la española dominaba el encuentro por 6-3 y 3-2. En segunda ronda, dio un golpe sobre la mesa al eliminar a la estadounidense Sofia Kenin, campeona de Grand Slam (Australian Open 2020) por 6-1 y 7-6(4), un triunfo que confirmó su gran estado de forma sobre hierba.
Con este resultado, Bouzas no solo se consolida entre las mejores del torneo, sino que también marca un nuevo capítulo para el tenis femenino español. Su clasificación a los octavos ha sido celebrada por el público de su país como una bocanada de aire fresco para una generación que busca nuevas referentes tras la retirada de figuras como Garbiñe Muguruza y Carla Suárez-Navarro.
“Venía con ganas de más. Ya no vengo a presentarme, vengo a competir”, declaró Bouzas a los medios tras su victoria. Sus palabras reflejan el cambio de chip que ha experimentado en el último año, motivada por un trabajo mental intensivo y una mayor experiencia en el circuito.
Ahora, la gallega se enfrentará a la rusa Liudmila Samsonova en la cuarta ronda, una rival de mayor ranking que pondrá a prueba la solidez de Bouzas. Sin embargo, la española no tiene nada que perder y mucho por ganar. Su juego agresivo, su capacidad para adaptarse a la superficie y su confianza en crecimiento la convierten en una amenaza real para cualquiera.