Ya son varias ocasiones en las que hemos hablado de la labor que viene realizando Esteban Martínez, un ex jugador – Universitario – y ahora entrenador que vive inmerso en la élite del tenis mundial, que viaja semana a semana por los mejores torneos del planeta y que está viviendo su propio sueño, ese que ha ido tejiendo desde hace varios años y que a la fecha lo tienen como uno de los pocos colombianos que recorren el circuito profesional.
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Justamente en nuestra gira de torneos que ha comprendido Barcelona, Madrid y ahora Roma, hemos tenido la oportunidad de cruzar en varias oportunidades con él y hablar de su vida, la experiencias que ha ido sumando a su curriculum, su relación esposo – entrenador con Nicole Mellichar, una de las mejores doblistas del mundo y sus objetivos.
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Un colombiano viajando en el WTA Tour, ¿Cómo es esa vida?
“Es interesante diría yo, es una vida donde tienes bastantes experiencias, viajas, conoces nuevos sitios, al mismo tiempo estás en los torneos más grandes que existen en el tenis, te involucras muy bien en el Tour y puedes aprender bastante de los jugadores que están en el top, entonces, por el lado de educación es muy interesante porque aprendes bastante, te solidificas, empiezas a manejar a los jugadores de una manera muy diferente que de pronto en Latinoamérica o en Colombia más específicamente no se manejaba, el único tema diría yo a veces son los vuelos, terminas una semana empacas, te vas y así, el siguiente y el siguiente, a veces cuando son vuelos internacionales o intercontinentales son un poquito pesados, en sí es una experiencia muy chévere, es muy mucho aprendizaje.”
Cuéntenos sobre esas experiencias que ha tenido en el Tour, entrenando a otros jugadores ¿Cómo viven el tenis a ese nivel?
“Cada jugador a este nivel ya genera su propio carácter, entonces a veces también tienen su manera de trabajar, sus rutinas, también es un proceso de empezar a conocer bien la gente, a mí me gusta mucho todo el tema psicológico, el tema mental, me gusta mucho aprender cómo las personas funcionan y yo creo que eso también me ayuda mucho a entender a los jugadores, a lograr a satisfacer sus necesidades en la cancha, de poder comunicarme con ellos claramente de que entiendan el mensaje que uno les está tratando de enviar y que entiendan también que uno está acá al final ayudándoles a ellos.”
“En la experiencia que con la jugadora de más alto perfil que tengo con Karolina Pliskova, trabajamos unos meses, casi cuatro o cinco, hicimos pretemporada juntos, fue muy bueno, nos entendimos muy bien, tuvimos buena química en el término de que ella me escuchara, de yo escucharla a ella, de entrenar lo que ella necesitaba y me pedía y darle esa confianza a ella de que confiara en uno como entrenador, para que siguiera avanzando, lo mismo hice con mi esposa y con su ‘partner’, cada uno tiene personalidades diferentes, con mujeres a veces es más difícil porque hay muchas emociones, la confianza no es tan firme como a veces con los hombres, al final es comunicación, tener las cosas claras y que entiendan que uno está acá para ayudar y confíen en las calidades de uno”.
Carlos Esteban Martínez, el único colombiano presente en las rondas finales del US Open
¿Qué objetivos se ha planteado con su esposa, Nicole Melichar que actualmente está en el Top 10?
Ahorita en este momento tiene el puesto número 7 al igual que su compañera, el año pasado también tuvimos un buen final de temporada, hicieron final en las WTA Finals en Cancún y eso nos ayudó bastante en el ranking, al principio de año también, pues empezamos un poquito suave y luego ganaron en San Diego, hicimos final en Dubai y eso nos ayudó ahorita a tener un buen ranking a principio de año, a estar en el Top 10, nuestro objetivo ahorita en este momento es ganar un Grand Slam, ella ya ha llegado a dos finales de Grand Slam, en el US Open 2018 y en Wimbledon 2018, pero no ha podido concretar, ganó el torneo en mixtos, pero ahorita el objetivo es poder ganar el Grand Slam de dobles femeninos con ella y poder meternos en el top 5 por lo menos.
¿Cómo combina esa relación entre entrenador y esposa? No debe ser fácil sobrellevar esa situación…
“En realidad ha sido comunicación 100% o sea, es difícil porque hay muchas emociones, otra vez, el tenis tiene muchos altibajos. Hay días que juegas muy bien, hay días que no funcionan las cosas como tú esperas que funcionen, los jugadores tienden a recaer sobre el entrenador, para dar consejos, para confianza y hay momentos que por más que puedas decirles todas las guías que tienes, no funciona, entonces es importante saber entender eso que no hay que vivir en pánico, que en el momento que llega una mala temporada o que en los partidos que se deben ganar no se ganan, porque al final la confianza te debe dar la certeza en tu juego, que por más de que digamos no fue un buen torneo o tres torneos, tú te puedes recuperar y podemos tener un torneo y llegar a la final y otra vez vuelve todo cómo funcionaba antes, entonces una de las cualidades principales ha sido la comunicación, que ella tiene claro lo que necesita y lo que quiere y yo también tengo claro cómo trabajar con ella y en el momento que hay muchas emociones fuertes nos damos un espacio, 20 minutos, 30 minutos, una hora, lo que necesitemos, la ventaja es que podemos comunicarnos, podemos decirnos, en este momento no quiero hablar necesito una hora y lo hacemos, después podemos ser un poco más objetivos sobre lo que planeamos o el partido que se jugó”.
Cómo termina en este mundo, viajando con una jugadora, ¿cómo es esa historia?
“Más que todo es mi esposa con la que empecé a viajar, antes de eso estaba entrenando bastante con un chico que se metió número dos del mundo en Juniors y eso te encamina a ese tenis de alto rendimiento, mi esposa antes trabajaba con un entrenador alemán, su esposa también jugaba, ella fue número uno del mundo en dobles, pero ella decide retirarse, ellos estaban llegando a los cuarentas y él decide retirarse con ella, entonces en ese momento Nicole, mi esposa se queda sin entrenador y me pidió el favor que le ayudara, mientras de pronto consigamos a alguien más y tuvimos buena química, la verdad nos sentimos muy bien, le gustaron las cosas que yo le decía, los ajustes que hicimos, los resultados también fueron muy buenos desde el principio y eso nos solidificó, gracias a eso, seguimos viajando juntos y ya llevamos tres años viajando juntos y la entreno a ella, entreno a su compañera y he tenido la oportunidad de entrenar a otros jugadores también.”
