El pentacampeón analizó su partido, la velocidad de la cancha y se refirió a las oportunidades que dejó pasar de coronarse en años anteriores.
Mucho se ha hablado en Nueva York sobre la velocidad de las pistas en la actual edición del US Open. Se dice que están más veloces que en años anteriores, y que uno de los motivos radica en favorecer a dos grandes leyendas del torneo: Serena Williams y Roger Federer.
Sin embargo, uno de los jugadores en cuestión, el suizo más específicamente, se refirió a la modificación en pequeños detalles de la superficie, pero contrario a lo que se ha venido rumoreando, él considera que las canchas están más lentas en esta edición. «No sé si es debido a las pelotas o a la superficie en sí, pero lo que si es seguro es que este año son más lentas«, aseguró tras derrotar a Damir Dzumhur.
Y es tal vez esta característica del campo la que ha complicado al helvético en el amanecer de sus dos primeras presentaciones ante Nagal y Dzumhur, quienes le arrebataron el primer set. «Sabía que ambos iban a causarme problemas, lo que no esperaba era cometer tantos errores no forzados», explicó. Sin embargo, no se mostró preocupado por ello: «He estado en esa situación muchas veces (set abajo), por eso sé lo importante que es mantener la calma y sostener mi plan de juego; es frustrante perder el primer set por segundo partido consecutivo, pero prefiero quedarme con que he sido capaz de revertir el marcador».
Por último, Roger reconoció que la final perdida en 2009 -ante Del Potro- y la semifinal en la que cayó ante Cilic -en 2014- son las ocasiones en las que más cerca ha estado de volver a coronarse en Flushing Meadows. «Han sido las dos mejores oportunidades que he tenido. Creo que en 2009 merecí ganar, en cambio, en 2014 fui aplastado por Marin», cerró.
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