Han pasado seis años desde que Gail Brodsky jugó por última vez el cuadro clasificatorio de un torneo Grand Slam, fue en el US Open, y tras su participación quiso alejarse del tenis, pues cayó en primera ronda. Luego de aquel traspiés, conoció el amor, ya que a su vida llegó Mark Hanson, con quien se casó y tiene dos hijos. Brodsky en su afán de jugar el cuadro principal del último Grand Slam del año empezó de la mejor manera al vencer 7-5 y 6-4 a la rumana Irina Maria Bara, quien aparecía como la vigésima novena sembrada.
Ya conoce lo que es jugar el main draw en Flushing Meadows, pues lo hizo en 2008 y 2009. Su primera intervención fue tras coronarse en el torneo para menores de 18 años de la Asociación de Tenis Americano (USTA), donde venció, entre otras a CoCo Vandeweghe y Sloane Stephens, esta última, actual campeona del US Open. Un año más tarde, de nuevo recibió wild card por parte de la organización.
El 19 de marzo de 2012 y con 21 años, Brodsky logró el ranking más alto de su carrera, al ubicarse 182; sin embargo, algo no estaba bien. “No estaba sintiendo las cosas que debería. Estaba muy pobre mentalmente”, expresó la nacida en Ucrania, pero nacionalizada estadunidense. Sumado a ello no contaba con un sponsor. “Fue emocional, física y financieramente agotador”, recordó.
Justo en ese instante conoció a Mark Hanson, entrenador de tenis y quien ha tenido la oportunidad de trabajar con varios tenistas que han sido Top-100. Él vio un diamante en bruto y empezó a trabajar con el objetivo de pulirlo, pero el amor hizo de las suyas y en enero de 2015 la pareja recibió a su primer hijo. Seis meses después de haberse convertido en madre ganó su tercer título profesional, lo hizo tras coronarse en el ITF de 10 mil dólares de Victoria (Canadá), pero el destino nuevamente frenó su carrera, ya que estaba en embarazo de nuevo. Y es que entre el 2015 y 2017 tan solo jugó seis torneos profesionales.
Luego de dar a luz por segunda vez, regresó al tenis e impulsada por su esposo dio paso a una nueva aventura. “A través de él, y gracias a su visión del tenis, pude volver a amar el deporte. Es mi esposo, es mi entrenador, es todo para mí”, manifiesta sobre su pareja. Actualmente, está lejos de su mejor ranking, puesto que ocupa el puesto 312, sin embargo, todo parece indicar que será solo cuestión de tiempo para igualarlo, y por qué no superarlo. Y es que en julio pasado se anotó el título más importante de su carrera, luego de coronarse en el ITF de 60 mil dólares de Ashland, Kentucky (Estados Unidos).
Esa actuación, hizo que recibiera un wild card para jugar la ‘Qualy’ del US Open, y por el momento la ha aprovechado de la mejor forma. Con una visión totalmente diferente, Brodsky prepara su segundo asalto ante la liechtensteiniana Kathinka Von Deichmann en su ilusión de jugar de nuevo el cuadro principal del torneo neoyorquino. “Quiero jugar en ese escenario y sentir todo lo que debería haber sentido en el momento en que decidí dejar de jugar al tenis”, puntualizó.
Redacción Match Tenis
