Inicio Viaje al pasado La exitosa dupla que el extremismo religioso le arrebató al tenis

La exitosa dupla que el extremismo religioso le arrebató al tenis

por Fabian Valeth
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Dura historia de cómo las presiones extremas sobrepasaron las barreras deportivas.

Muchos creen que el tenis es un deporte y nada más, sin embargo, cuando se inmiscuyen otros factores como el político o el religioso, se generan presiones extremas sobre algunos jugadores, y éstos, muchas veces deben ceder ante las mismas. En una ocasión, el extremismo religioso de que una pareja de dobles femenino no pudiera seguir compitiendo y celebrando victorias.

Sania Mirza es una tenista india que vivió una situación incómoda en los inicios de su carrera. En su país, el Islam es la segunda religión más popular con cerca de 200 millones de fieles, siendo la nación no musulmana con mayor población de musulmanes, según información del diario La Vanguardia. Y es justamente este contexto el que la ha hecho atravesar difíciles episodios por el simple hecho de conformar una pareja en el circuito WTA con la israelí Shahar Pe’er, una jugadora judía.

Se conocieron en 2001 en el circuito junior, entablaron una buena amistad y empezaron a competir como doblistas. «Ayuda mucho el hecho de jugar con una amiga. Conoces su comportamiento en la pista y fuera de ella, y por eso conoces cómo va a reaccionar en todo momento», expresaba Sania, al referirse a la buena conexión con su colega. Pese a esto, los más grandes obstáculos para sus metas apenas estaban por venir

Sania mirza 2

Sania Mirza

En 2005 participaron en un torneo en Japón, llegaron hasta las semifinales, pero fuera de la cancha las cosas no estaban bien, debido a las presiones de grupos religiosos musulmanes, que se mostraron furiosos por el hecho de que Mirza jugara junto a una judía. Muchos podrían pensar que a la final, es decisión de ellas escoger su dupla, pero las presiones en este tipo de temas son muy fuertes.

Las críticas lograron su cometido de separarlas, al menos en ese momento, pues, teniendo en cuenta que eran jugadoras menores de 20 años, lo mejor era evitar la polémica y seguir sus caminos por separado. No pasó más de un año para que se volvieran a juntar. Motivadas por el entendimiento que sentían la una con la otra dentro de la pista, decidieron intentarlo una vez más con la esperanza de que las malas energías exteriores desvanecieran, y pudieran consolidarse en el circuito WTA.

«Soy consciente de que la presión es más dura cada día. En la India la gente es muy pasional con sus ídolos, pero trataré de que me afecte en lo mínimo posible», declaraba Mirza al tomar la decisión de seguir jugando con Pe’er en 2006.

Su regreso a las competencias se dio en Bangkok en ese mismo año, y allí, la israelí intentaba defender su posición. «Hacemos deporte. Nada más. No pensamos en política. Creemos que es una buena idea juntar culturas, pero si jugamos juntas es simplemente porque nos gusta y porque estamos convencidas que conseguiremos grandes resultados«. La situación mejoraría, aunque sólo de manera temporal.

Shahar

Shahar Pe’er

En un evento WTA disputado en California en 2007, esta pareja conquistaba su primer título, venciendo a Victoria Azarenka y Anna Chakvetadze en la final con marcador de 6-4, 7-6(7-5). El horizonte tenístico de la pareja lucía muy favorable, no obstante, las críticas volvieron con más fuerza, obligándolas a tomar la decisión de separarse de manera definitiva, dejando a un lado las metas que se habían propuesto, y privando al mundo del tenis, de ver a la que podría haber sido una de las mejores parejas de dobles de la historia.

Por si fuera poco, Mirza también tuvo que soportar los reproches por su forma de vestir en los partidos, debido a que le decían que no representaba el ideal de la mujer musulmana. «El deporte es deporte. No se debe mezclar con nada más. Si debiera seguir el estereotipo de lo que una mujer debería ser en la India, entonces no debería jugar al tenis. Son muy pocas las niñas que con seis años pueden coger una raqueta», llegó a responder la asiática en su momento.

Mirza y Pe’er nunca volvieron a jugar juntas, los grupos musulmanes ganaron esta batalla. La carrera de ambas a partir de allí fue positiva; la israelí (ya retirada) se destacó más en la modalidad de individuales, escalando hasta el top 20 del ranking mundial, mientras que la india encontró una compañera bastante especial, Martina Hingis, con quien consiguió consagrarse en tres torneos de Grand Slam.

De cualquier manera, en este caso fue más fuerte el poder extremista que la voluntad de dos personas que no tenían prejuicios entre sí.

[author title=»Andrés Matallana Avella: » image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/666041598975852544/hSbddU6p_400x400.jpg»]Twitter @Andresf0724. Apasionado por el tenis. Disfruto del deporte blanco dentro y fuera de la cancha[/author]

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