Un nuevo acto de racismo ha sacudido al tenis. En esta oportunidad, la perjudicada fue la tenista nacida en Omán, Fatma Al Nabhani, quien hizo graves acusaciones, luego de su actuación en el ITF de 25 mil dólares de Clermont-Ferrand. La jugadora árabe le envío a la ITF una carta en la que expresa su malestar por lo ocurrido en el certamen francés y la misma fue publicada por el Portal 360.
He jugado al tenis desde que era niña y he participado en diferentes torneos a nivel mundial. Comencé a jugar en el Circuito profesional desde 2007 y nunca había enfrentado el racismo en mi vida, sé que este es un tema muy delicado, pero lo que viví en Clermont (Francia), fue inaceptable.
Siendo una jugadora musulmana, y de un país árabe, llevo leggings debajo de mi falda, respeto mi religión y me siento cómoda al momento de jugar al tenis. La regla de vestimenta de la ITF nos permite jugar con leggings por debajo de la rodilla y he jugado así durante los últimos 12 años. He competido en eventos de la ITF y la WTA y nunca tuve un problema con mi vestimenta.
En el partido de primera ronda contra Elsa Jacquemot de Francia, el juez de silla francés antes de hacer el sorteo me miró y dijo: “necesitas quitarte los leggings”. Le dije que no lo haría, ya que juego así desde hace 12 años, entonces dijo: “no puedes jugar”. Le dije que por favor consultara con el director del torneo antes de decir algo. El director del torneo le dijo que las reglas me permiten jugar con leggings debajo de la rodillaa, así que el juez de silla me pidió que me subiera los leggings dos pulgadas más para poder jugar, porque esas dos pulgadas para él eran muy importantes. Me saqué los leggings, no dije nada y jugué mi partido.
En segunda ronda enfrenté a la jugadora francesa Myrtille Georges y durante todo el partido, el juez de silla conversaba con mi oponente en el cambio, y siempre en francés, idioma que no entiendo y ambos se reían. Los partidos se juegan sin recogebolas y siempre que haya una pelota dentro de la cancha, me aseguro de retirarla antes del punto. Mi oponente se negó a quitar cualquier bola de su lado, así que cuando me quejé con el juez de silla, él dijo que era su lado y su derecha, le dije que al menos hable con ella para que lo hiciera, ya que la pelota me distrae durante el punto. Él dijo que no podía, así que el partido continuó.
Mi oponente sacaba 6-5 en el segundo set; en ese momento, yo recogí todas las bolas de la cancha y se las di. Tomó dos bolas para servir y la tercera fue y empujó la bola hacia la red en el centro de la cancha porque sabía que eso me molestaba. La primera vez permanecí en silencio, la segunda fui al juez de silla y le dije que, si no podía hablar con ella o tomar una decisión, y luego le dije que llamara al supervisor y contestó: “no lo voy a llamar”. Le dije que no podía jugar así. Por favor, llámelo. Tengo derecho a llamar al supervisor, dijo que no.
Entiendo que todos los jueces de silla cometen errores, pero cuando todos los errores son en tu contra, surge un signo de interrogación. El juez de silla cometió tantos errores en mi contra que ni siquiera puedo contarlos, anulando a los jueces de línea solo en mi contra. ¿Por qué? Fui a él y le dije: “Por favor, necesitas ser justo, esto no es aceptable”, y me dio una violación del código.
El juez de silla estuvo en mi contra desde el comienzo del partido y no tuve derecho a quejarme de nadie, ni siquiera pude llamar al supervisor para pedirle que actuara para y que agregara jueces de línea o hiciera algo. Tengo derecho. El juez de silla tomó decisiones de un solo lado. Todas las jugadoras que jugaron en el torneo vieron el partido y lo que sucedió, y todas se sorprendieron de las acciones del juez de silla. Decidí retirarme en la mitad del tercer set, no pude soportarlo.
Redacción Match Tenis
