El tenis recreativo podrá reactivarse de acuerdo con las condiciones de salubridad de cada región del país.
Mientras continúa la espera por el decreto del Gobierno Nacional que permita la reactivación del tenis de alto rendimiento en Colombia, existe otra cara de este deporte; esa en la que aparecen las personas que más han sufrido esta pandemia por el cierre de todas las instalaciones donde se practica esta disciplina.
Entrenadores independientes, caddies, personal de mantenimiento y administrativo de clubes y academias, vienen afrontado una difícil situación desde hace algunos meses por culpa del Covid 19, y aunque han pasado casi 90 días, aún no se ve una luz al final del túnel.
«Estamos pasando una situación bastante crítica porque los espacios donde trabajamos no están habilitados», afirma Carlos Acosta, un entrenador independiente que recibía ingresos mensuales por 1.200.000 pesos hasta el inicio de la crisis. «Nuestros recursos eran diarios y lastimosamente no hemos podido generar ingresos. Siento que estamos olvidados por el Estado, porque de verdad no hay quién nos represente. Yo no tengo nada, tengo fe nada más», explicó el vallecaucano, portavoz de otros seis entrenadores.
Por su parte, Eduardo Melo, Director de Tenis del Bolo Club de Armenia, afirma que los entrenadores están en el limbo pues no hacen parte de los que más necesitan ni tampoco de aquellos a quienes les sobra dinero. «Nosotros no estamos ni tan abajo en la tabla ni tan arriba, entonces nunca nos toca nada. Aquí en Armenia somos 35 profesores los que estamos en condiciones precarias».
Y continúa: «Me cancelaron el contrato, cerraron el Club, nos pagan la seguridad social pero desde el 18 de marzo no tengo ingreso alguno. Yo he sido juicioso con los ahorros y por eso me sostengo pero no todos son así. Hay mucha gente que está jodida. Nos sentimos abandonados. Es muy bueno lo que están haciendo la Federación Colombiana de Tenis, la Fundación Match Tenis, la Asociación de Entrenadores, pero necesitamos algo tangible para poder pagar los gastos».
No solamente los entrenadores independientes pasan por momentos difíciles, también están en una situación apremiante las academias. «Nos afectó mucho el Covid 19 en todo sentido. Habían jugadores que necesitaban mejorar su ranking, otros buscaban irse a la universidad y todo eso se detuvo. Lo más duro es el tema social, somos siete entrenadores en la Academia Rincón más un preparador físico y una psicóloga, y todos ellos están sin ingresos»; afirma Wilson Rincón, director de esta academia.
Ni hablar de los clubes que han estado cerrados desde mediados de marzo y en muchos casos el personal con el que cuentan ha tenido que ser despedido o sufrido bajas significativas en sus salarios. «Ha sido complicado porque estamos a merced de los socios. Hemos bajado las mensualidades hasta en un 50% para seguir pagándole a los empleados y aún no todos han logrado seguir vinculados. Solo esperamos que esto mejore rápido, porque mucha gente depende de estos puestos de trabajo», comentó la administrativa de un club que pidió no revelar su nombre.
Esta es la otra cara de un deporte ‘para ricos’, que aunque parezca pensado para la diversión de las altas esferas de la sociedad, tiene un profundo impacto social sobre las miles de personas que día a día sostienen con su entrega, profesionalismo y responsabilidad, el llamado ‘deporte blanco’.
[author title=»Andrés Vargas Peraza » image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/1064624716093239296/ZyWDOQfI_400x400.jpg»]Periodista especializado en tenis. Exjugador de tenis con puntuación ITF. Miro el deporte desde una perspectiva diferente. Estuve en el lugar del deportista, ahora del periodista. Director y editor del portal www.matchtenis.com Twitter: @andresvarperaza. [/author]
