Alejandro, Alejandra y Daniela Obando son tres hermanos hondureños que integraron el equipo de tenis de su país en los XXIII Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018. Llegaron a ‘La Arenosa’ con sus maletas llenas de ilusiones, pero se marchan con las manos vacías; sin embargo, el hecho de representar a su país en las modalidades de sencillos, dobles, dobles mixto y equipos tiene un significado muy alto para ellos.
Foto. Jorge Santrich
Sus inicios en este deporte datan desde que Alejandro y Alejandra tenían 10 y 8 años respectivamente, mientras que la menor de los hermanos, Daniela, comenzó a practicarlo desde los 4 años, todo esto influenciado por su padre, quien fue el mentor de estos pequeños campeones y que día a día forjó sus caminos para llevarlos a donde se encuentran actualmente.
“Mis papás son entrenadores, nos han entrenado desde ‘chiquititos’. Mi papá fue el que le enseñó el mundo del tenis a mi mamá cuando eran novios y así fue como todos nos fuimos metiendo en este mundo. Mi mamá es abogada, mi papá es ingeniero, es un mundo que no conocían ellos y ahora nos dedicamos a esto, gracias a Dios tenemos una academia en Honduras” expresó Daniela, haciendo referencia a los inicios de su familia dentro de esta disciplina.
Cada uno de estos hermanos pertenece a una categoría diferente en su país natal, donde se han posicionado como campeones nacionales en sus respectivos escalafones, siempre compartiendo sus alegrías de estas competencias con su familia. En estos Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018, su padre no pudo ser parte de esto debido a compromisos laborales.
Cabe resaltar que de esta familia de tenistas ha nacido una academia donde instruyen a pequeños y jóvenes de distintas poblaciones de Honduras, para que lleguen algún día a representar a su país como ellos. Alejandra es la responsable del “mini tenis” con los “niños chiquititos”, mientras que Daniela trabaja en el negocio familiar sólo cuando está de vacaciones de la universidad.
En cuanto a las expectativas que tenían en estos juegos, ellos esperaban representar dignamente a su nación. “Es un país pequeño y que paulatinamente ha crecido en este deporte, el conseguir una medalla hubiese sido una hazaña. La idea era tratar de ir partido por partido, pero por cosas del destino no se dieron las cosas”, expresó Alejandro.
Los hermanos Obando se devuelven a honduras con la satisfacción de haber hecho las cosas de la mejor manera, sienten que están dando un gran aporte al tenis catracho. Ellos vienen de un país pequeño y con poca tradición; sin embargo, día a día seguirán esforzándose para estar a la altura de representantes de otros países. Barranquilla fue para ellos la oportunidad de conocer realmente su verdadero nivel. Tras su regreso a su nación natal, muy seguramente harán una retroalimentación de lo ocurrido en estas justas, y empezarán a trabajar con miras a los Juegos Centroamericanos de Ciudad de Panamá dentro de cuatro años. La familia promesa del tenis hondureño regresará y de la mejor manera.
La cobertura de Match Tenis es posible gracias a HEAD® Colombia y Academia Colombia de Tenis, y Liga de Tenis del Atlántico, empresas y entidades que siguen comprometidas con el apoyo, difusión y posicionamiento del tenis en Colombia.
Por Jorge Santrich y Paola Ricaurte, del programa de comunicación social y periodismo de la Universidad Autónoma del Caribe
