En una entrevista para el diario The National, el británico comenta sobre su andar en el 2014, la próxima generación del tenis, su relación con su entrenadora Amelie Mauresmo y de la todavía presencia de Roger Federer en el circuito a pesar de sus 33 años.
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Tal vez el 2014 no ha sido el mejor año para Andy Murray. Aunque el balance general le ha dado tres títulos y una participación en la Copa de Maestros, el seis del mundo pasó por momentos críticos en la primera parte de la temporada (donde volvió luego de una lesión de espalda) y luego fue recomponiendo el camino en el segmento final. En ese punto de turbulencias, Andy llegó a retroceder hasta la posición número 12 del ranking pero, sin dudas, su buen fin de año le permitió escalar la mitad. «Tuve que trabajar muy duro después de mi cirugía, y yo creo que pude haber subestimado lo difícil que sería el proceso de recuperación. Tuve una dura primera mitad de año y luego empecé a jugar un tenis decente en el US Open, creo que a partir de ahí mi temporada empezó a cambiar». Y continuó. «Si tuviera que elegir un punto de inflexión donde las cosas cambiaron, probablemente sería la final en Shenzhen cuando salvé los puntos de partido ante Tommy Robredo», subrayó.
Murray también hizo eco en los cambios que se han producido en el tenis masculino en 2014, año donde dos nuevos jugadores se hicieron con un título de Grand Slam. Para el escoces, estas situaciones provocan que los más chicos se vean con posibilidades de poder ganar eventos grandes. «El circuito se ha vuelto muy competitivo este año. Ha habido un montón de sorpresas y eso le da confianza a los jóvenes para que puedan ganar títulos. Muchos van a los torneos ahora y así sea genuinamente se ven con posibilidades de ganar».
Y para Murray ¿quiénes podrían integran el lote de los mejores del mundo en los próximos años? «Es una pregunta difícil. En las últimas temporadas se han destacado Kei Nishikori, Grigor Dimitrov, Marin Cilic y Milos Raonic; ellos han ido creando su propio nivel y les ha servido para ganar títulos». comentó. El de Dunblane también aprovechó para resaltar las cualidades de otro tenista del circuito, Roger Federer, quien sigue en activo a sus 33 años. «Federer no se rinde. Tuvo una temporada dura en 2013 y fácilmente él habría podido mirar las cosas y pensar ‘OK, he tenido una gran carrera, tal vez ha llegado mi momento de decir adiós’, pero no lo hizo. Se fue con su equipo, se dirigió a sus problemas y regresó más fuerte que nunca. No importa la edad o lo exitoso que se haya sido siempre hay cosas para aprender, para trabajar y mejorar así mismo, y eso es lo que Federer ha demostrado este año», puntualizó.
También habló de su relación con su actual entrenadora, la extenista francesa Amelie Mauresmo. «Amelie es increíble. Discutimos la posibilidad de trabajar juntos antes de Roland Garros y me gustó lo que me ofreció, así que fue una decisión fácil trabajar con ella. Nos entendemos muy bien y eso significa que puedo hablar con ella de diferentes aspectos de mi juego que creo debo mejorar». señaló.
El principal tenista de Gran Bretaña ha ganado dos trofeos de Grand Slam y el Oro Olímpico pero nunca ha podido ser número uno del mundo; su máxima posición es la número dos. Sin embargo, parece que ese lugar es algo que no lo desvela. «No es un secreto que los eventos de Grand Slam significan mucho para mí. Mi objetivo es siempre poder jugar bien en estos torneos. Todo lo demás vendrá con ello».
Redacción MATCH TENIS
