El tenista serbio Novak Djokovic ha dado un nuevo paso fuera de las canchas: se ha convertido en accionista minoritario del club francés Le Mans FC, que recientemente ha ascendido a la Ligue 2. La operación representa un interesante cruce entre el deporte de élite, la inversión estratégica y la visión de futuro en el fútbol europeo.
Djokovic no llega solo. Su participación forma parte de un consorcio liderado por la firma brasileña OutField, especializada en inversiones deportivas, y en el que también figuran destacadas personas como Georgios Frangulis, CEO de la marca de açaí OakBerry; además del brasileño Felipe Massa y el danés Kevin Magnussen, pilotos retirados de Fórmula 1.
Le Mans FC es un club con historia, que llegó a jugar en la Ligue 1 durante la década de 2000, pero que luego sufrió una profunda crisis financiera que lo llevó a descender hasta las divisiones amateurs. Tras años de reconstrucción, el club ha logrado ascender de nuevo a la segunda división del fútbol francés, abriendo un nuevo capítulo en su historia.
La elección de Le Mans no es casual. La ciudad es reconocida internacionalmente por albergar las míticas 24 Horas de Le Mans, lo que añade un componente simbólico atractivo: un punto de encuentro entre el automovilismo y el fútbol, ahora reforzado por la presencia de pilotos retirados y de una figura deportiva global como Novak Djokovic.