Uno de los franceses más queridos del circuito se ha dado el gusto de volver a sonreir en un deporte que lo llevó a la fama y luego lo dejó en el olvido. A sus 34 años, Paul Henri Mathieu se ha instalado en su décima final ATP World Tour, después de una semana soñada en Montpellier.
Hay tenistas que nacen con talento, otros que lo trabajan y otros como este francés, que a base de esfuerzo edifican carreras que son estropeadas por las lesiones. El nacido en Estrasburgo, desde muy pequeño, gracias a sus actuaciones llevó consigo la ‘marca del éxito’, sin embargo, nunca llegó a donde todo un país soñó.
A nivel juvenil este galo ilusionó a toda Francia con volver a tener a un referente del tenis mundial. Después de ganar Roland Garros juvenil en el año 2000 y ser número 6 del mundo, llegó a ser nombrado como le heredero de Noah (último campeón francés de Roland Garros), no obstante, el destino le tenía deparado otro camino y no precisamente el de ser un icono del tenis mundial. El camino fue el de la constante batalla con sus problemas físicos, que desde muy joven le privaron de tener un mejor rendimiento.
Antes de cumplir la mayoría de edad y con un futuro promisorio por delante, Mathieu debió someterse a su primera gran prueba. En 1997 fue operado de sus dos rodillas y durante más de un año luchó, no solo por volver a jugar al tenis, sino por intentar quedar en perfectas condiciones para toda una vida que tenía por delante. Al final el francés se salió con la suya y pudo plasmar en las diferentes canchas del mundo, todo el trabajo que construyó desde que empezó a jugar al tenis, cuando apenas tenía seis años de edad.
Los primeros logros de Paul Henri curiosamente llegaron sobre Moqueta, una superficie que aunque le facilitaba su juego regular y vertiginoso, nunca fue su predilecta. En la rápida pista de Moscú, en octubre de 2002, ganó su primer título profesional con apenas 20 años y una semana más tarde se dio el lujo de ganar el torneo de Lyon, después de superar a Gustavo kuerten, tricampeón de Roland Garros.
La carrera del tenista galó no tuvo sobresaltos en los siguientes años. En busca de madurez fue un fiel habitante del top 100 y sus resultados más destacados en las siguientes temporadas fueron los títulos de Casablanca y Gstaad en 2007, las finales de Palermo en 2003, Moscú en 2007, Metz 2008 y Hamburgo 2009; su estreno en los eventos de Grand Slam, donde a la fecha resalta su presencia en octavos de final en tres de los cuatro torneos; y sus participaciones en Copa Davis, competencia donde es y será recordado por los maratónicos partidos que disputó en ante Rusia y Estados Unidos.
Luego de alcanzar su pico más alto en cuanto a ranking en abril de 2008, al ser doce del mundo, Mathieu empezó a caer en el ranking sin que hubiese una aparente razón. Sin embargo, el de Estrasburgo sabía que su cuerpo nuevamente le estaba pasando factura. Las rodillas del francés volvieron a ceder y de nuevo debió pasar por quirófano, para intentar solucionar un problema con el que ha convivido prácticamente toda su carrera.
Tras la cirugía y una ausencia que se extendió durante más de un año, Mathieu debió empezar desde cero. Estando por debajo del puesto 700 del mundo, inició una segunda vida en el tenis, sin el peso de cargar con el rótulo de la próxima estrella del tenis francés, pero con la tranquilidad de saber que durante unos años más podría seguir haciendo lo que más le gusta, jugar al tenis, así no pudiera hacerlo en el máximo nivel.
El esfuerzo casi siempre paga sus dividendos y después de varios años deambulando en torneos menores en busca de una recuperación, que quizás nunca llegó a ser total , el galo, que porta un juego regular con preciosos golper de drive y revés a dos manos, se dio el lujo de llegar a una final. En 2015 en Kitzbühel volvió a saborear lo que era estar en una definición de un torneo ATP. Sin embargo, la alegría no pasó de allí, pues al final terminó cediendo el encuentro.
Hoy a su 34 años tiene una nueva oportunidad de volver a lo más alto de la ATP. En Montpellier, la misma plaza donde en 2012 jugó su primer evento, luego de la cirugía en sus rodillas, buscará su quinto título profesional, después de vivir una semana soñada. En el camino dejó Elias Ymer, Benoit Paire, John Millman, Alexander Zverev y ante Richard Gasquet, número diez del mundo, Mathieu, uno de los tenistas más queridos de Francia, luchará por ponerle moño a un torneo al que llegó como uno más pero que con el pasó de los días se convirtió en el prediclecto de su gente. Ahora ante Gasquet intentará vivir uno de los días más felices de su vida delante del público que en algún momento depositó las esperanzas de tener a un jugador top en él.
Este domingo sonríe Francia y sonríe Paul Henri Mathieu.
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/624815401361346560/g6HAHEGJ.jpg» ]ANDRÉS VARGAS PERAZA: @andresvarperaza. Periodista especializado en tenis. Exjugador de tenis con puntuación ITF. Miro el deporte desde una perspectiva diferente. Estuve en el lugar del deportista, ahora del periodista. Director y editor del portal www.matchtenis.com.[/author]