El español de 59 años repasó su etapa como entrenador en Colombia, habló de sus mejores momentos e hizo una radiografía sobre el contexto actual del tenis nacional.
Hablar de Ricardo Sánchez es hablar de tenis, sin importar el lugar. El mundo del deporte blanco conoce su trayectoria con jugadoras de élite como Jelena Jankovic o Caroline Wozniacki, y Colombia no es ajena a la magnitud de su figura como entrenador. Al contrario, es en nuestro país donde ha dejado un legado más que importante, a través de su labor técnica como uno de los arquitectos del Equipo Colsanitas.
Match Tenis aprovechó la 27° edición del Claro Open Colsanitas para una charla mano a mano con el nacido en Almería, que entregó detalles de los años que pasó en suelo cafetero y analizó el contexto actual del tenis en esta parte del mundo.
- ¿Cómo llegó el tenis a la vida de Ricardo Sánchez?
R: A los 9 años empecé como recoge pelotas. Recuerdo que fui junto a un amigo a un club en el que había una primera comunión y habían dos pistas rápidas; nos sentamos a mirar, empezamos a recoger las pelotas de unos alemanes que estaba jugando y al final nos dieron 80 pesetas.
Me aficioné con el tenis y jugaba todos los días, después de ir al colegio. Cuando tenía 14 años decidí irme a Madrid para formarme como jugador, pero debí empezar arreglando las pistas, cobrando recibos del club y más adelante pude dar mis primeras clases. Entre los 18 y los 21 años gané varios torneos, pero tuve la mala suerte de una lesión en la espalda y me retiré a los 30.
A partir de ahí me convertí en entrenador, empecé con Tati Rascón y mi gran éxito fue con Roberto Carretero, que ganó el -entonces- Master Series de Hamburgo viniendo de la fase previa.
- ¿Cómo se dio entonces su llegada a Colombia?
R: Me encontraba trabajando con un jugador llamado Jacobo Díaz, que hizo tercera ronda en Roland Garros (2001) y en esa época, Roberto Cocheteux vio una entrevista mía en el Diario El Pais, dijo que quería conocerme y me propuso ir a Colombia. En ese momento no podía por temas contractuales, pero se resolvió rápidamente y se dio el vínculo.
Colsanitas hizo una apuesta muy fuerte por el tenis. Y como siempre digo, para hacer proyectos de este tipo se necesitan tres cosas: presupuesto, un buen grupo de entrenamiento y un entrenador que trabaje bajo un sistema.
Cuando vine a Colombia implanté mi sistema, que es el que a mí me ha hecho exitoso a lo largo de estos años. No digo que sea el mejor ni el peor, pero si tu me das un Renault 5 yo no te puedo hacer un Ferrari; en cambio, si me das un Ferrari te puedo dar un Fórmula 1. Todos los jugadores de la camada que ha representado a Colombia en los últimos 20 años a nivel mundial, fueron formados bajo ese sistema: Fabiola Zuluaga, Santiago Giraldo, Alejandro Falla, Mariana Duque…
Pienso que la principal falencia está en que no se ha continuado con ese proceso formativo. Yo dejé un sistema estructurado, pero desde que me fui ha hecho falta la persona que lo ejecute. Fíjate que los nuevos jugadores del Equipo Colsanitas han sido fichados, no formados. Lo que se debería hacer es agrupar a todos los mejores chicos y chicas de Colombia, y formarlos bajo una estructura unificada de trabajo.
- De los jugadores que ha formado en nuestro país, ¿a quiénes resalta?
R: El jugador más trabajador que he tenido a lo largo de mi carrera es Alejandro Falla. En mi opinión, él pudo llegar más lejos porque juega al ‘tenis ajedrez’. Aunque Giraldo tenga mejores golpes, Alejandro entendía perfectamente cómo se debe jugar este deporte; además, su condición de zurdo le daba un plus al momento de jugar.
Sin embargo, la jugadora más talentosa que he entrenado ha sido Fabiola Zuluaga. Su problema es que no disfrutaba jugando al tenis. Yo viajé junto a ella durante los últimos tres años de su carrera, es decir, hasta que se retiró.
Un día, en Hobart (Australia), me comentó ‘Richie, el próximo año me retiro‘. Habíamos hecho una muy buena pretemporada en Cartagena en diciembre de 2003 y claro, cuando me dijo eso, me quedé frío. Recuerdo que ese día perdió fácil con una japonesa -Shinobu Asagoe- en cuartos de final, así que cuando llegamos a Melbourne para jugar el Australian Open yo creía que iba a suceder lo mismo, porque, por cosas de la vida, tenía que debutar ante esa misma rival. Llamé a un amigo, preocupado, creyendo que al otro día nos devolvíamos a Colombia, pero, sin ningún esfuerzo, Fabiola le ganó 6-3, 6-2, y ese fue el año que se metió en semifinales.
- ¿Qué se debe hacer para volver a gozar de una camada como la que usted ayudó a formar?
R: Estamos en un momento mucho más grande que cuando yo empecé aquí. En los 90′ contábamos con niños que apenas estaban creciendo y no había mucha gente de experiencia que los guiara en su desarrollo. En pocas palabras, nosotros estábamos haciendo un experimento que pudo resultar erróneo, pero que, por fortuna, se convirtió en una realidad sobre la que se puede trabajar hoy en día, aprovechando el talento de los jugadores que han surgido en estos últimos años.
- ¿Se siente valorado por sus aportes al tenis?
R: La gente me quiere mucho, porque soy una persona sencilla. Vengo de familia humilde, así que nunca he tenido preferencias en el trato con las personas que se han cruzado en mi camino. Yo le agradezco mucho a Colombia, es el país que más quiero después de España. En mi vida ligada al tenis me arrepiento de haber dejado de trabajar con Mónica Puig y de haberme alejado de Colsanitas, y aunque sigo pensando que era lo más adecuado en aquel momento, me encantaría volver a poner en práctica mi experiencia en esta nueva etapa.
[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/1122365846247096320/gFoXr9nB_400x400.jpg” ]Marcelo Becerra Concha (@Marcelob11) Disfruto conociendo el mundo del deporte desde adentro. Bogotá.[/author]
