En un entorno donde la tecnología redefine constantemente el deporte, Roland Garros se mantiene firme en su compromiso con la tradición. El torneo parisino, que se celebrará del 25 de mayo al 8 de junio, ha decidido conservar a sus jueces de línea, convirtiéndose en el único Grand Slam que resiste la completa automatización del arbitraje.
Mientras que el Abierto de Australia y el Abierto de Estados Unidos adoptaron el arbitraje electrónico en 2021, y Wimbledon se suma a esta tendencia en su edición de este año, Roland Garros destaca por su decisión de mantener la intervención humana en las decisiones de línea. Gilles Moretton, presidente de la Federación Francesa de Tenis (FFT), expresó: «Queremos conservar los árbitros el tiempo que podamos. Somos el país que cuenta con los mejores árbitros del circuito en el conjunto de los torneos mundiales. Somos una referencia y queremos conservarlos».
Esta postura, queda claro, que no se alinea con la reciente decisión de la ATP de eliminar a los jueces de línea en todos los torneos del circuito masculino a partir de 2025, implementando el Sistema de Canto de Líneas Electrónico (ELC) para automatizar las decisiones en cancha.
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