El primer Grand Slam del año tiene dueña: La norteamericana Serena Williams se impuso en la final del Australian Open a su hermana Venus Williams por doble 6-4 y terminó una jornada de júbilo: llegó a 23 torneos ‘Majors’ convirtiendose la única jugadora en al Era Abierta en alcanzar esa cifra (y quedando a tan solo uno de Margaret Court con 24) y a partir del próximo lunes será la número 1 del mundo.
No era un partido más, no era una final más. Este sábado en Melbourne las hermanas Williams disputaron lo quizás fue su última batalla en un gran escenario (solo el tiempo lo confirmará) y el resultado fue el esperado. Otra vez más, la potencia de la hermana menor se impuso a la experiencia y las ganas de la mayor.
Durante el partido no hubo equivalencias. Serena que perseguía la cima del tenis siempre se mostró superior y desbordó a placer a su hermana, que en finales de Grand Slam no la pasa bien ante su rival de turno (siete de las ocho que perdió fueron ante Serena). La ganadora de 23 ‘majors’ siempre llevó la delantera y cuando apretó el acelerador inclinó la pizarra a su favor. Tanto así que pasada la media hora de juego, se llevó el primer set por 6-4 y un saldo positivo entre tiros ganadores y errores no forzados de +2.
Para el segundo set, Venus Williams intentó reaccionar. De su raqueta se escapaba la posibilidad de volver a celebrar un título de Grand Slam, casi 10 años después (Wimbledon 2008). Y aunque se mantuvo inmersa en la pizarra hasta la mitad del parcial no le fue suficiente. Serena volvió robarle el servicio y con mucho aplomo le puso fin a una jornada que careció de emociones pero que sin duda alguna dejó una huella en la historia de este deporte.
El título del Australian Open es el número siete para Serena Williams y el número 23º de Grand Slam, apartándose de esta manera de la igualdad que mantenía con Steffy Graf y acercándose a la marca de Margaret Court (24). Así mismo, en las antípodas, donde empezó su debacle hace una temporada (al perder la final con Angelique Kerber), volvió a recuperar el trono de la WTA. Con 35 años, Serena es eterna.
Redacción Match Tenis
