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UNA HEGEMONÍA CHECA

por Andrés Peraza
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Tres puntos fueron suficientes para que República Checa alzara la corona de la Fed Cup por tercera vez en los últimos cuatro años. Petra Kvitova, sin jugar de manera magistral como en la jornada del sábado, sentenció la serie al ganarle a Angelique Kerber y le dio a su país el octavo título en su historia.

Foto: Getty Images

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Las series definitivas se juegan a otro precio, uno muy alto y costoso. Angelique Kerber tuvo el partido a pedir de boca y le faltó un paso para poder cerrarlo. La local llevó todo con el corazón en la mano, imponiendo garra cuando se veía en dificultades. Petra Kvitova derrotó a la teutona 7-6, 4-6, 6-4 y le dio un nuevo título a su nación que impone una hegemonía en los tiempos modernos, demostrando ser uno de los equipos más compenetrados y unidos de toda la Copa Federación. Elementos esenciales para una competición que se juega en conjunto y tan sólo tres series al año, donde se necesita que todas se conozcan como viejas compañeras, que se compenetren en tan sólo escasos días de concentración.

El sábado dejó la serie casi que decretada tras las victorias de Kvitova y Safarova ante Petkovic y Kerber, respectivamente. Era casi un imposible la remontada de las visitantes, pero había que salir al ruedo a escalar ante la adversidad. En las manos de la primera raqueta alemana quedaba el sueño de las dirigidas por Barbara Rittner, quien no decidió hacer cambios tras la alineación sabatina, y con convicción salió a batallar ante la campeona de Wimbledon. Kerber fue de menos a más en el primer parcial y sacó para llevárselo en tres ocasiones, pero tras los constantes errores desde su raqueta le daba vida a Kvitova que pisó el cemento con una incomodidad apremiante. En el desempate sacó lo suyo, esa fuerza que la ha llevado a estar entre las mejores y sentenció a la alemana, que buscaba un hueco para esconderse en el O2 Arena de Praga.

Pero el partido no podía ser tan injusto con la diez del mundo. A pesar de haber iniciado con 0-3 abajo en el segundo, fue capaz de contener a la checa para recuperarse; fue como el Muro de Berlin que hoy cumple un año más después de su caída, devolviendo todo lo que con fuego salía de la raqueta de la de casa. Al sellar el parcial con su nombre sintió alivio, era como ver en el horizonte una heroica imposible.

De épicas viven los héroes y en eso quiso convertirse la de Bremen. Con un quiebre en el final parecía encaminarse a ganar el primer punto de su país pero se quedó estancada en el 4-2, donde las piernas fueron rusticas y el arma de batalla se veía con heridas. Kvitova sintió el aliento de su público y creció, fue una inyección anímica que llegó en el momento justo. Ganó cuatro juegos consecutivos y festejó con su gente, una alegría patria; una sensación que corroe el cuerpo.

República Checa impone su estilo, impone su nombre entre las naciones. Gana el octavo título en su historia (cinco bajo la antigua Checoslovaquia) y alcanza en la segunda colocación a Australia en cantidad de trofeos; además ya es el tercer cetro en los últimos cuatro años, dejando ver que es la nación a vencer, el listón más alto de la Fed Cup. Brinda el campeón con el cemento de Praga como telón.

[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg” ]Fabián Valeth Orozco @Harryelpote: Redactor en jefe de Match Tenis. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]

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