Con el título en Beijing, la tenista española atraviesa el mejor momento de su carrera. Consiguió su trofeo de mayor valía, es la cuatro del mundo y tiene el billete de Singapur en las manos.
Foto: China Open
Una temporada para enmarcar la de Garbiñe Muguruza. El 2015 ha sido el punto de despegue para la jugadora de origen venezolano, pero que decidió representar a España, el lugar donde se formó profesionalmente. Lo cierto es que ha experimentado un ascenso descomunal, alcanzando con mayor regularidad las fases decisivas, pisando su primera final de Grand Slam y el ingreso al top-10. Ahora, el pase al Torneo de Maestras, lugar donde solo llegan las mejores del año.
Aunque empezó la temporada sin mayor protagonismo, en el tramo final encontró el nivel para estar arriba. Antes de Roland Garros, donde hizo cuartos de final, apenas sobresalían as semifinales en el torneo de Dubái; luego de la arcilla parisina, vino su explosión que hoy la tiene entre las mejores del mundo. En Wimbledon, Muguruza demostró de qué estaba hecha y fue capaz de hacerse un hueco en la final, el partido decisivo más importante que había afrontado. Allí terminó cediendo ante Serena Williams, pero en contraparte se dio el privilegio de ingresar al selecto grupo del top-10, compartiéndolo junto a su compatriota Carla Suárez, quienes le dieron vida a un tenis femenino español que no tenía tanto calibre desde que Conchita Martínez y Arantxa Sánchez elevaban la bandera hace más de una década.
Sin importar que el paso de la gira norteamericana le entregara réditos negativos, la caraqueña guardó todo el potencial para exprimirlo en la gira asiática, una parte del año tan devaluada por muchas jugadoras. Primero fueron los cuartos de final en Tokio, donde se vio inclinada por Belinda Bencic; luego en Wuhan demostró un alto calibre y llegó hasta la final, en una semana donde tumbó a jugadoras como Stephens, Ivanovic o Kerber. En la final pudieron más sus problemas físicos, sin embargo, la alegría llegaba al conquistar el quinto lugar del ranking, algo que no alcanzaba una ibérica desde 2001.
En Beijing sacó su verdadero talante y demostró que verdaderamente tenía madera de top-10. Siete días sacando a flote un juego agresivo y detonante, con interesante juego de piernas y una movilidad indiscutible. Tanto le sirvió para alcanzar el título ante Timea Bacsinszky, en un partido bastante irregular, pero donde Garbiñe demostró mejor cabeza en los momentos clave y definitivos.
Una verdadera revolución ha gestado Muguruza en esta parte de la temporada y ya se proyecta como una verdadera amenaza. Una jugadora que parece no tener techo y quiere más de lo que ha logrado. España celebra con una jugadora que ya es una verdadera realidad.
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg» ]Fabián Valeth Orozco @FabianV_: Redactor. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]
