El presidente del All England Club se mostró abierto a la posible introducción del coaching en el Grand Slam londinense.
Sin duda, la era actual ha sido una de las más convulsionadas en la historia contemporánea del deporte blanco. La inclusión de nuevos formatos de competición como el circuito ‘NextGen’ y la Laver Cup, y la transformación histórica de la Copa Davis, se conjugan en una clara intención de darle al tenis un nuevo aire que le permita mantenerse arraigado a las generaciones futuras.
Y si de cambios se trata, los torneos más importantes del mundo no son ajenos. Recientemente, el US Open innovó, entre otras cosas, con la inclusión del reloj en pista; sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre con todos los demás certámenes que componen el circuito -el femenino especialmente-, los torneos majors prohiben lo que se conoce como coaching.
Es por eso que el presidente del All England Club, Philip Brooks, ha expresado su intención de poner sobre la mesa la introducción del coaching en el Grand Slam más tradicional del circuito. «La situación es muy confusa para todo el mundo. Wimbledon y el resto de torneos piensan que ha llegado el momento para definir hacia a dónde va el deporte», fue lo que dijo Brooks ante los micrófonos de la BBC. «Queremos que las personas que están a favor del coaching nos cuenten por qué es una buena idea. Podríamos llegar a un acuerdo para que en un futuro no muy lejano podamos implantarlo», agregó el dirigente británico.
Al parecer, el detonante de la propuesta fue lo sucedido durante la última final femenina del US Open en la que Serena Williams recibió tres warnings, uno de ellos por haber interactuado con su entrenador durante el partido en el que cayó ante Naomi Osaka.
Redacción Match Tenis