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FEDERER, EN DEUDA CON MONTECARLO

por Andrés Peraza
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Roger Federer llegó a la edición 2015 de Montecarlo con una deuda pendiente, era uno de los pocos torneos Masters 1000 que no había logrado ganar a lo largo de su exitosa carrera. Es cierto que la tierra  no es la superficie preferida del suizo, sin embargo, en repetidos intentos estuvo a tan solo ‘games’ de retener un trofeo que le ha sido esquivo. Está vez, confirmó, que en el principado, las cosas no marchan bien y apenas en la tercera ronda se despidió.

Rogerlio

En el primer gran torneo sobre tierra batida, esperaba plasmar las excelentes sensaciones que ha tenido a lo largo de los cuatro meses de la actual temporada, en la que acumulaba dos títulos (Brisbane y Dubai), una final (Indian Wells) y una semifinal (Australian Open). Sin embargo, después de un partido que llenó de ilusión tanto a él, como a sus seguidores (venció 6-2, 6-1 a Jeremy Chardy), se despidió en los octavos de final. Su verdugo, el mismo de la final de Copa Davis, Gael Monfils (4-6, 6-7).

«Es un jugador muy diferente, el siempre está muy atrás y  desde allí encuentra el ritmo.» dijo su majestad, sobre un rival, que le ha ganado los dos últimos partidos que han jugado.

En Montecarlo, el currículum del helvético no es el peor, a pesar de nunca haber levantado el cetro. 28 victorias ante 12 derrotas en la misma cantidad de participaciones, alivian el dolor, que le produce, año a año despedirse sin tomar la corona.

Roger debutó en el principado con apenas 18 años, en el curso de 1999. Los resultados confirmaron que el polvo de ladrillo no sería un aliado suyo a lo largo de su carrera tenística. En aquella ocasión perdió con un experimentado Vincent Spadea, que ocupaba el puesto 33 del mundo. El siguiente año regresó con la esperanza de mejorar su actuación, sin embargo, una nueva derrota en primera ronda, esta vez ante Jiri Novak, 37 del planeta, dejó ver que no le sería fácil coronar esta tierra.

Los intentos continuaron. En 2001, ganó sus primeros partidos, accediendo hasta los cuartos de final, donde sucumbió con Sebastian Grosjean. En 2002, David Nalbandian lo eliminó en segunda ronda. Mientras que tres años más tarde, en 2005, lo derribó en cuartos de final, un joven de 18 años, llamado Richard Gasquet, que en ese entonces ni siquiera estaba en el top 100. Las oportunidades de su majestad iban a llegar. En 2006, 2007 y 2008, logró sus mejores resultados arribando al partido final, sin embargo, en frente tuvo al mejor jugador en la historia de la superficie, Rafael Nadal, quien no dejó que el suizo levantara el tan anhelado campeonato. En la primera definición, el suizo forzó el juego hasta el cuarto parcial, en tanto, las otras dos, se decidieron en sets corridos.

Quizás sus mejores chances pasaron en esas tres temporadas, pues su nivel estaba en el máximo esplendor. Luego pasaron siete años para que lo volviera hacer. En sus otras dos participaciones en ese transcurso de tiempo, perdió en tercera ronda contra Stanislas Wawrinka (2009) y en cuartos de final con Jurgen Melzer (2011).En 2014, la raqueta número uno de suiza, decidió regresar a Montecarlo. Allí, supo domar a bestias de renombre como Jo-Wilfried Tsonga y Novak Djokovic, para terminar cayendo ante Stan Wawrinka en el encuentro final.

Tras la derrota ante Gael Monfils, El de Basilea se marcha del tercer Masters 1000 de la temporada con el sinsabor de una oportunidad más sin aprovechar. El hostil territorio de Montecarlo, confirma, que allí, Federer tiene una deuda pendiente.

Ante lo anterior, el número dos del mundo, afirmó «Este es el comienzo de la temporada de tierra batida, me va a tomar un tiempo para sentirme al 100%. La semana fue buena para mí, he entrenado y he jugado con los mejores. Al menos pude reunir información si quiero mantener sensaciones positivas».

Redacción MATCH TENIS

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