A tan solo días del inicio de los Juegos Olímpicos, Roger Federer dio una noticia que estremeció al planeta tenis: ‘no jugará en Río de Janeiro, ni tampoco en el Us Open, ni la Copa de Maestros’. Entonces, por lo que resta de 2016, el suizo no volverá a pisar un campo de juego en ninguna competición oficial y buscará recuperarse totalmente de la cirugía de rodilla que le realizaron en el mes de enero por la rotura de un menisco, para intentar permanecer, por lo menos, un par de años más en el circuito profesional.
“Estoy extremadamente disgustado por anunciar que no seré capaz de representar a Suiza en los Juegos Olímpicos de Río y que también me perderé el resto de la temporada”, así empieza en el comunicado emitido por las redes sociales del helvético. “Considerando todas las opciones, después de consultar con mis doctores y mi equipo, he tomado la dificilísima decisión de poner fin a mi temporada 2016, ya que necesito una rehabilitación más larga después de la operación de rodilla a comienzos de este año”, añadió.
El actual número tres del mundo, debido a su parate por el resto de la temporada, no podrá defender los 3.815 puntos y por ende no sólo saldrá del top diez, sino que su lugar en el ranking estaría oscilando por el puesto número 15 del mundo.
El de Basilea prosigue, “los doctores me han avisado de que si quiero seguir jugando en el circuito sin lesiones más años debo dejar recuperar al 100% mi cuerpo y mi rodilla». Y recalca. «Es difícil perderse el resto del año». Sin embargo, destaca que esta experiencia le ha hecho tomar conciencia de lo afortunado que ha sido a lo largo de sus 18 años en el circuito, «pese a todo, esta experiencia me ha hecho percatarme de lo suertudo que he sido a lo largo de mi carrera con las pocas lesiones que he tenido”, recordó.