El suizo emprendió un nuevo viaje hacia el continente africano con el objetivo de seguir promoviendo los programas sociales que su fundación viene adelantando en esa parte del mundo, desde hace varios años.
A pesar de no estar presente en la gira sobre arcilla, Roger Federer no descansa. En vez de viajar a Barcelona para disputar el Conde de Godó, el Nº2 del mundo aprovechó estos días lejos del circuito para dedicarle tiempo a la fundación que lleva su nombre y que ha ayudado con alimentación y educación a más de 870.000 niños, desde 2003.
En el marco de su visita, el helvético se encontró con el presidente zambio, Edgar Lungu, quien recibió una raqueta autografiada por el campeón de 20 Grand Slams y de paso lo acompañará a recorrer las escuelas ubicadas en la zona rural del país africano a lo largo de la semana. «Estoy muy contento de estar acá. Mi madre es sudafricana, así que crecí viendo la pobreza extrema de primera mano», expresó Federer, quien aspira a que el deporte contribuya al buen desarrollo de la población juvenil en aquel país.
Redacción Match Tenis