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NA LI: PERSEVERANCIA, LOGROS Y SUEÑOS

por Andrés Peraza
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Na Li es y será una referente de la WTA. La china en los últimos años impuso un estilo de juego capaz de tumbar a cualquier rival que a la vista parecía invencible. Sus rodillas le han dicho basta y con ello, estampar un adiós definitivo al tenis, ese deporte que tanto la apasionó. A continuación hacemos un recuento de su carrera deportiva que le dio como regalo ser la número 2 del mundo y llevarse en la maleta dos títulos de Grand Slam.

Foto: Fiona Hamilton/Tennis Australia

Foto: Fiona Hamilton/Tennis Australia

Nacida en Wuhan, centro de China, la pequeña Na Li demostró un gusto insaciable por el Bádminton; era la única hija que disfrutaba este deporte que fue practicado por su padre. Sin embargo, ella no estaba predestinada a él. Su entrenador Xia Xiyao se dio cuenta que realmente tenía movimientos de tenista y convenció a sus padres que la dejaran incursionar en el deporte blanco. Li fue enviada a una escuela especializada donde recibió un entrenamiento riguroso; desde los 14 ya viajaba por todo su país y hasta llegó a no estar presente en la muerte de su padre. Se unió al Equipo Nacional de Tenis de China en 1997 y dos años más tarde se convirtió en profesional.

El talento era innato. En sus cuatro primeros torneos jugados ganó tres títulos ITF: dos en Shenzhen y uno en Westende (Bélgica), todos en 1999. Desde el 2000 y hasta 2002 consiguió 11 campeonatos más de la categoría futuro, un balance más que prometedor para una tenista de un país que tradicionalmente no tenía logros en este deporte. A pesar de que todo apuntaba a que se convirtiera rápidamente en una estrella, Li colgó las raquetas en ese 2002 para dedicarse a estudiar periodismo en la Universidad de Huazhong. Pero sus razones para poner un freno momentáneo a su carrera pasaron por lo autoritario y reformista que es su país, que pretendía quitarle el 65% de sus ganancias, elegirle su coach, el calendario e imponer hasta su forma de juego. Literalmente Na Li se enfrentó abiertamente a su nación.

Regresó en 2004 y obtuvo su primer título WTA en Shenzhen, y a partir de ahí deambuló en el circuito sin mayor protagonismo, aunque supo mantenerse dentro del Top 100 de manera constante. Su progresión iba en una curva ascendente y en 2007 ya hacía parte del selecto grupo de las mejores treinta del mundo. Para 2009 tenía los cuartos de final como su mejor actuación en un Grand Slam y ya contaba con su segundo título, Goald Coast (venciendo a Victoria Azarenka), y cuatro finales más.

Pero el salto de Li empezó a partir de 2010. Casada con su entrenador Jian Shan logró su primera semifinal en un grande en Australia 2010 y sólo un año más ya estaba en la final del mismo torneo, donde perdió con Kim Clijsters. Pero el sueño no terminaba allí: unos meses después, en Roland Garros, logró convertirse en la primera jugadora asiática en ser campeona de un Grand Slam, su victoria en el partido decisivo ante Francesca Schiavone la llevó a la cúspide. Pero ese no sería su único título de tal magnitud: en 2014 saboreó la gloria en Melbourne cuando logró el trofeo ante Dominika Cibulkova esta vez no siendo entrenado por su esposo, sino por el argentino Carlos Rodríguez, el mismo que llevó a la cima del tenis a Justine Henin. Li además posee actualmente el logro de ser la jugadora asiática, sea hombre o mujer, en tener el mejor ranking (número 2, logrado el 17 de febrero de 2014).

Con 9 títulos en su carrera y afectada en muchas fases de su carrera por las lesiones (mucho más por sus rodillas, las causantes del retiro), Na Li le dice adiós al tenis de una manera un tanto sorpresiva. Tal vez 32 años ya le pesan en el cuerpo que le dice “basta, no puedo más”. Sin embargo, la china se va por la puerta grande, por ese portón donde no muchas salen. Ella fue capaz de poner a su país en la órbita de un deporte con el que años atrás parecía no tener ni el más mínimo contacto, fue la culpable de hacer crecer el tenis en China. Li se va tal vez en el momento más glorioso de las raquetas no sólo en su nación sino en toda Asia, donde los torneos empiezan a crecer y a tener mayor protagonismo en el calendario. Su despedida no es más que un impulso a que otros y otras tomen la batuta, a que pongan la confianza en practicar y llegar muy alto con esta disciplina. No por menos, Li se despidió en su carta: “Si quieres ser jugador de tenis, médico, abogado, profesor o líder de una empresa,  insto a creer en ti mismo y seguir tus sueños. Si yo pude hacer, tú también puedes. Sé el pájaro que se levanta. Con trabajo duro, tus sueños se hacen realidad”.

[author image=”https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg” ]Fabián Valeth Orozco @Harryelpote: Redactor de TenisBreak. Director y productor de radio y televisión, locutor y redactor. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]

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