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NALBANDIAN «SIN EL TENIS VIVO MÁS TRAQUILO»

por Andrés Peraza
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Cuando se habla del deporte blanco en la Argentina, muy seguramente, aparecerá en las páginas doradas David Nalbandian, un tenista que se caracterizó por un talento infinito. Los ángulos los manejaba a placer, era un virtuoso a la hora de tirar drop shots, passing y globos, y su revés, fue considerado como uno de los mejores de la historia. Ya alejado de las canchas (finales de 2013), el de Unquillo repasa al Diario La Nación, que el tenis quedó de lado y que sin el ‘vive más tranquilo’.

El adiós de una profesión suele ser traumatico. Dejar de lado algo que se ha hecho durante toda la vida no suele ser un proceso fácil. Sin embargo, Nalbandian, siempre con su estilo peculiar, en el que la tranquilidad reinó, no lo vivió así. «No lo sufrí, no. Soy de mirar hacia adelante más que para atrás. Había iniciado varias cosas antes de retirarme, entonces no tuve un tiempo sin saber qué hacer. Me ayudó a seguir ocupado y con la cabeza activa» explicó David, que se retiró por problemas físicos: primero su cadera fue la que falló, y el hombro terminó por sepultar cualquier intento de regreso.

El de Unquillo que el próximo 1 de enero cumplirá 34 años, además contó está anécdota donde reafirmó que el tenis en parte de su pasado. «Hace pocos días agarré un poco el Twitter. No le daba mucha pelota, soy un desastre en eso. Agarraba la computadora y me electrocutaba (sonríe). Y el otro día leí que pasaron ocho años de los títulos de Madrid y París, y si no lo veo, no lo registro. Para mí, tenista fui en otra vida».

El ‘rey david’ trae a la memoria su paso por la Copa Davis, galardón que nunca pudo alzar y que es uno de sus pocas manchas negras de la carrera. Pero aclara que no pasa más que por un mágico recuerdo. «Eso era único y eran momentos mágicos. Ahora me pongo un poco nervioso porque quiero que ganen los chicos, obvio. Pero no es lo mismo verlo desde tu casa. Hoy me pongo bastante más nervioso por River, eso sí».

Ya casado y con dos hijas, el cordobés se siente tranquilo en casa. Y no extraña para nada los viajes, esos que los tenistas hacen semana a semana para cumplir sus sueños en el circuito. «Creo que lo primero que dejas de extrañar son los viajes. Si la camada nuestra, la de los argentinos, hubiera vivido en Europa o en Estados Unidos, muchos hubiésemos jugado algún año más. Por ahí yo no por la lesión, pero quizá los que se retiraron jóvenes sí. El viaje era una de las peores cosas. Todas las giras son lejos, largas, incómodas. Me acuerdo de que, después del retiro, los primeros viajes de vacaciones me sentía raro, porque me faltaba el bolso, el raquetero. Pensás que te estás olvidando de algo. Es gracioso. El tenis es una etapa concluida, terminada. Muy buena, pero no la extraño para nada».

Atrás quedó el tenis para el exnúmero 3 del mundo, su vida ahora gira en torno a su familia, amigos, y el rally y el polo, deportes que practica como hobby. De Nalbandian nos queda la marca innata de su talento y recuerdos que quizás nunca más vamos a volver a ver dentro de una cancha de tenis, pues él, no se ve ni siquiera siendo entrenador en un futuro cercano, la razón los viajes.

Redacción MATCH TENIS

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