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EL AGRIDULCE NADAL

por Andrés Peraza
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Derrotado en semifinales del Torneo de Maestros, Rafael Nadal firma una de las temporadas más amargas de su carrera donde se le vio un verdadero bajón en desde lo técnico, físico y mental. Analizamos qué fue y qué será del español.

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El 2015 de Nadal terminó en manos de Novak Djokovic, el impoluto serbio acabó con el año del balear que se movió entre incertidumbres, dudas y una reacción que llegó en la parte final: toda una trama para el exnúmero uno del mundo que vivió en una trampa y en muchos casos pareció verse en un hueco sin salida. Este curso ha sido uno de los más escabrosos que ha tenido que vivir en más de 10 años de carrera y, de forma inquietante, en una temporada donde no ha tenido que lidiar con lesiones, esas que han sido un gran tormento en su carrera.

Del Nadal rey de la tierra solo se vio un espejismo. Él, que ha dominado esta superficie por años y años, se vio atascado y con resultados muy pobres a diferencia de lo que ha vivido aquí por tanto tiempo. Se fue sin Roland Garros, el torneo de sus amores, donde se vio superado por Djokovic en los cuartos de final; no ganó ninguno de los Masters 1000 y apenas en uno alcanzó la final (Madrid); ni siquiera pudo conquistar el Conde de Godó, otro de los torneos donde ha ejercido una completa supremacía y apenas se quedó con los títulos de Hamburgo y Buenos Aires, donde ganó sin mostrar la mejor de sus versiones. Dos coronas que no suplen la desdicha de no haber ganado alguno de los grandes. En la tierra sufrió este año 6 derrotas, una suma que no contaba desde 2003 cuando apenas iniciaba en el mundo del profesionalismo. Tal es la dimensión de ese número de caídas que fueron las mismas que padeció entre 2012 y 2014.

Desde 2004 Nadal no acababa un año sin ganar un Masters 1000, una categoría donde tiene el privilegio de ser el más exitoso (27 coronas) y que permitió que se acercara Djokovic que, por el contrario, se llevó 6 títulos (todo un récord histórico) y queda solo a un triunfo de alcanzarlo. Tal fue su martirio en los torneos Masters que apenas alcanzó la final en Madrid y después sus mejores resultados fueron los cuartos de final en Indian Wells, Roma y Montreal. Apenas alcanzó aquí 19 victorias, la suma más baja desde 2004 cuando apenas logró 5.

En los Grand Slam la situación también fue a pique. Rafa, quien es el segundo más ganador con 14 títulos, no pudo pisar siquiera la final en ninguno de los cuatro (algo que no sucedía desde 2004). Sus mejores resultados apenas fueron los cuartos de final en Australia y el Abierto de Francia y tuvo que lidiar con tempranas y sorpresivas derrotas en Wimbledon (en segunda ronda ante un inspirado Dustin Brown) y en el US Open (donde Fabio Fognini logró vencerlo tras estar dos sets abajo).

A pesar de esto, Nadal supo sobreponerse a las adversidades que le aparecieron durante gran parte del año, esas que lo llevaron a ser el 10 del mundo y a verse ante una incógnita gigante sobre qué depararía su futuro, teniendo como base un presente grisáceo; donde se le veía falto de confianza, su la solidez de los golpes y afectado en lo que siempre ha sido su bastión en carrera, su mentalidad. Desde la gira asiática ha logrado los mejores resultados y los puntualizó el la gira indoor, históricamente la que menos le ha entregado alegrías, demostrando así que va por el camino indicado que lo lleve a volver a ser lo que fue.

En este tramo se encontró con victorias que en la primera parte del año hubiera cedido sin oposición, con importantes éxitos ante jugadores del top-10 y triunfos extraordinarios como aquel ante Lukas Rosol en Basilea, donde este sacó para partido y Nadal terminó imponiéndose casi cuando parecía vencido. Tal vez su ‘coco’ terminó siendo Djokovic, quien siempre lo terminó trayendo a tierra demostrando un nivel superlativo y que, claramente, Nadal parece quedarse sin armas para poder derrocarlo.

Pero el 2016 promete y Rafa siempre ha demostrado que nunca se le puede dar por muerto. Lo mejor que le ha sucedido es cerrar el año con las mejores sensaciones para sentirse capaz para lo que va a empezar. Eso sí, el trabajo es todavía duro para darle pelea a un elevado Djokovic y a un Federer que a pesar de los años se siente cómodo. Lo conseguido en los últimos meses es ganancia para él y más para sentirse ilusionado, tanto que lo resume así: “en un año complicado a nivel mental como este, terminar como top-5 es un gran logro”.

[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg» ]Fabián Valeth Orozco @FabianV_: Redactor. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]

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