En una final emotiva, Serena Williams derrotó a María Sharapova 6-3, 7-6 y consiguió su 19º título de Grand Slam en carrera. Así, queda a tres trofeos de Steffi Graf y a cinco de Margaret Court, que incluye coronas de la Era Amateur.
Foto: Ben Solomon/Tennis Australia
Una vez más estaban frente a frente. Una vez más por la caza de una corona. Serena Williams y María Sharapova protagonizan una de las grandes rivalidades de los últimos tiempos a pesar de que la balanza se inclina lo suficiente hacia la estadounidense. Era una cuestión de supremacía, de prevalecer y seguir escribiendo historia para una; de romper con la racha negativa y volver a celebrar en Australia después de ocho años para la otra.
Fue un duelo mental, una partida que fue destrabándose poco a poco hasta llegar a un segundo set de drama y espectacularidad. Serena tomó el mando desde el inicio del encuentro, una costumbre para la de Michigan siempre que tiene enfrente a la rusa. Para Sharapova fue un comienzo que no coordinaba en los guiones preestablecidos, aquellos que dictaban que no podía ceder el control y, mucho menos, sus juegos de servicios desde temprano. Desde ahí era imposible jugar a ganar el título para la de Siberia. La dos del mundo pagó caro su pérdida de saque en el game inicial. A partir de ahí, y antes de que se detuviera el duelo por la lluvia que empezó a caer en Melbourne, los juegos fueron calibrados hasta el punto en que ninguna generó chances de quiebre en los siguientes cinco, pero el golpe lo daría la norteamericana al obtener un quiebre más que era sinónimo de sentencia, a pesar de que Sharapova terminaría recuperando uno de ellos.
El segundo parcial fue tal vez una de las mejores mangas que ambas hayan disputado en los últimos cruces. María batallaba con su juego de saque como en guerra medieval, mientras que Serena palpaba su servicio con más confianza, sin pasar apuros, generando aces y dictando el punto desde la línea de fondo. Eran dos caras opuestas de una misma moneda que se lanzó por los cielos de la Rod Laver Arena que intentaba descifrar a la reina de Australia. La lucha se contenía desde la retaguardia, por momentos era una disputa de velocidad, ver quién impactaba la pelota con más firmeza; en otros una cuestión de sutileza y cambios de ritmo, táctica que intentó Sharapova en ocasiones con dropshots, tratando de variar su potencia innata y sorprender a la cinco veces campeona en el plexicushion aussie.
De allí todo fue pintándose con tintes de dramatismo que rayaban en emoción. Una guerra de ‘come on‘ de lado y lado. Cuando una emitía el particular gesto de ánimo, la otra respondía a mayores decibeles, era una competencia para ver quién se imponía desde el aliento. Primer match point para Serena y la sangre fría corría por Sharapova: saque y derecha ganadora, una combinación que generó la algarabía y el las palmas de la estadounidense. El tiebreak fue la guinda para un set de lujo y donde nuevamente la rusa salvó oportunidad de partido para su rival. Con su servicio, la menor de las Williams tocó la gloría, un saque directo que resumió el potencial de su brazo. Una pelota que encandiló sus sueños y le entregó una nueva corona, una más para quedarse a un paso de las dos decenas.
Serena se apega cada vez más a la historia. Una historia de la que ya hace parte con honores y que a sus 33 años aún conserva la ambición de triunfar, de llegar a lo más alto en una carrera donde lo ha conseguido todo. Cinco años después logra volver a sonreír en Melbourne, ganar su sexto trofeo en la ciudad australiana y que sirve para dibujar su 19º Grand Slam para quedar a tres de Steffi Graf, la más laureada en la Era Abierta. La norteamericana vuelve a escribir una página de un libro plagado de éxitos, hoy se siente más grande que ayer pero solamente un poco menos que mañana.
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg» ]Fabián Valeth Orozco @FabianV_: Redactor en jefe de Match Tenis. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]
