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SVITOLINA: DEL MAR NEGRO A BOGOTÁ

por Andrés Peraza
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Con apenas 20 años de edad, Elina Svitolina tendrá el honor de ser la raqueta número uno del torneo más prestigioso de Sudamérica, el WTA Claro Open Colsanitas, evento que se disputará en el Club El Rancho del 13 al 19 de abril. A raíz de esto, descubriremos a fondo a una jovencita que su talento la hace soñar con llegar al top 10, pero que lastimosamente los focos no la han acompañado, debido a que compartió época con jugadoras más mediáticas como la canadiense Eugenie Bouchard, la británica Laura Robson, las hermanas checas, Karolina y Kristina Pliskova y las estadounidenses Sloane Stephens y Madison Keys.

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Foto: Grace Donnelly/BNP Paribas Ope

Nacida en la ‘Perla del Mar Negro’ (12 de septiembre del 1994) Odesa, una ciudad ucraniana bordeada por este oscuro mar que se opone a la claridad de su juego, Svitolina poco a poco se ha hecho un agujero entre las mejores del circuito. Ha sido un proceso largo, pero con zarpazos que dejan marcas difíciles de igualar. Para no ir más lejos, nos remontamos a Indian Wells, donde demostró una vez más que tiene con qué pensar en grande al acceder a los octavos de final. «Mi objetivo de esta temporada estar en el top 15, incluso puedo hacerlo al finalizar Wimbledon», afirmaba en el desierto donde dejó en el camino a una rival de la talla de Lucie Safarova, que actualmente está a las puertas del top 10, y fue vencida por una extraordinaria Timea Bacsinszky, quien contaba con 14 victorias al hilo.

Para conocer a fondo la historia de la número 29 del mundo, tenemos que ir hasta finales del Siglo XX. Allí tomó por primera vez una raqueta y, sin llegar a imaginar lo que haría después de unos años con su principal arma de defensa ante la vida, comenzó a practicar un deporte al que no era ajena pues su hermano competía profesionalmente en ese entonces. «Mi hermano (Yulien Svitolin) era un jugador profesional. Me atraía la posibilidad de convertirme algún día también en tenista profesional e intentar llegar a ser la mejor jugadora». Pero como si la historia de ahora ya se hubiera presentado, el foco no estaba en ella; sus padres en ese momento viajaban a todos lados con su hermano. «Me ponía celosa porque mis padres siempre acompañaban a mi hermano, Yo sólo buscaba entrenar para subir mi nivel y poder acompañarlos». La ilusión de viajar junto a su familia la hizo competir en torneos nacionales donde se vieron los primeros frutos de esa corta carrera. «Tenía 6 o 7 años cuando empecé a jugar torneos nacionales y siempre quedé de primera o segunda», resaltaba.

Debido a que Odesa no era una buena plaza para entrenar, Elina, con 13 años, decidió trasladarse con ayuda de un patrocinio a Kharkiv (segunda ciudad más grande de Ucrania) y tiempo después se marchó a la academia de Justine Henin en Bélgica, donde comenzó su preparación para convertirse en una gran campeona. Los resultados llegaron antes de lo esperado y con tan sólo 15 años su nombre comenzó a sonar en los pasillos de los grandes torneos juveniles del planeta. Se había quedado con el grande de la arcilla, al derrotar en la final de Roland Garros 2010 a Ons Jabeur y pasaba a ser la número uno del mundo (en ese evento también fueron de la partida, Mónica Puig, Eugenie Bouchard, Sloane Stephens, las hermanas Pliskova y la paraguaya Veronica Cepede, entre otras). Dos años más tarde, casi hace la proeza de ganar Wimbledon pero fue derrotada en el encuentro final por Eugenie Bouchard.

Siguiendo un patrón de juego parecido al de su jugadora favorita, Kim Clijsters, la ucraniana en apenas tres años ha dado pasos gigantescos en un circuito en el que es muy difícil estabilizarse. «Tiene mucha potencia pero resulta que no se dedica exclusivamente a pegarle fuerte, sino que además es inteligente y espabilada. En este momento en el circuito todas pegan fuerte, pero pocas consiguen mezclar esa potencia con habilidad, pues bien ella lo hace, además dispone de un gran servicio y otros recursos», opinaba a finales de 2012, Kimiko Date-Krumm, otra jugadora que hará parte del cartel del WTA Claro Open Colsanitas. 

Foto: Tennis Topic

Foto: Tennis Topic

Dos títulos WTA en la que puede ser considerada su segunda casa (Bakú 2013 y 2014, capital de Azerbaiyán), siete a nivel ITF, victorias ante jugadoras de la talla de Svetlana Kuznetzova (Abierto de Australia 2014), Dominika Cibulkova (US Open 2013), Angelique Kerber (Wuhan 2014, Brisbane 2015), Garbiñe Muguruza (Wuhan 2014), Carla Suárez-Navarro (Cincinnati 2014), Eugenie Bouchard (Miami 2014), Sloane Stephens (Charlestone 2014), Mónica Puig (Indian Wells 2014), un set robado a Serena Williams (Australia 2015) y actualmente ser la raqueta número uno de su país, son algunos de los pergaminos que lleva tatuados en la piel una tenista que dentro de poco podría estar en la élite del tenis femenino.

«Me gustaría estar top 10 ahora», decía hace unos meses entre risas una jugadora que trabaja a diario en busca de grandes objetivos. «Ese sería un bonito sueño. Pero por ahora estoy tratando de jugar lo mejor posible y trabajar duro en los torneos. Por el momento todo está funcionando». Logros en tierra batida (ganó Roland Garros Junior 2010), césped (finalista Wimbledon Junior 2012), pista rápida (levantó sus dos títulos WTA), prueban lo completa que es esta fantástica exponente del tenis de Europa del este.

Fanática de la canción ‘Stay’ de Rihanna y alucinada con Nueva York, «amo el Abierto de Estados Unidos. Simplemente todo es perfecto allí. El ambiente es increíble. Es una de mis ciudades favoritas», la ‘Perla del Mar Negro’ tiene claro que el tenis es todo en su vida pero gracias a este también ha perdido la posibilidad de estar junto a su otra pasión: la música. Ella no asiste a un concierto hace más o menos siete años y ante eso se arrepiente de una sola cosa, nunca haber visto cantar a Michael Jackson. «Me  pone triste ver que nunca asistí a un concierto de Michael Jackson. Realmente lo lamento».

Pasando a situaciones más cercanas al deporte blanco, la pupila del prestigioso entrenador británico Iain Hughes es fiel admiradora de Serena Williams y Victoria Azarenka, pero su estupor viene del lado masculino y no podía ser otro que Roger Federer. «Es tan elegante. Es tan perfecto. Cuando lo veo, corro a donde mi entrenador y le digo: ‘Hey, este tipo es demasiado perfecto. Sólo está caminando, pero lo hace  perfecto'».

Sabiendo algo más de la vida de una tenista que lleva consigo un lema que aplica cada vez que salta a un campo de juego, «lucha hasta el final y conseguirás tu propósito», Elina Svitolina aterrizará el próximo mes en la ciudad de Bogotá con un claro objetivo, conquistar el WTA Claro Open Colsanitas, torneo que lo colocará más cerca a las estrellas, que es el verdadero lugar a donde pertenece esta hija del Mar Negro.

[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/564574422062096384/ipHLxYXT_400x400.jpeg» ]ANDRÉS VARGAS PERAZA: Periodista especializado en tenis. Exjugador de tenis con puntuación ITF. Miro el deporte desde una perspectiva diferente. Estuve en el lugar del deportista, ahora del periodista. Director y editor de portal www.matchtenis.com.[/author]

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