El planeta tenis festeja un aniversario más del nacimiento de la Era Open
El tenis que hoy día conocemos no nació de la nada, fue el resultado de contrastes y batallas muy fuertes. Figuras de la talla de Suzanne Lenglen, Bill Tilden y Jack Kramer fueron los verdaderos bastiones y arquitectos de la innovación que goza en la actualidad, tras salir vencedores en la lucha contra el sistema dominante del pasado que puso todos los medios para obstaculizar el cambio.
Hasta ese momento, los jugadores estaban separados en dos estados diferentes; en un lado, los aficionados que podían jugar los torneos Slam y la Copa Davis, del otro, los profesionales que se organizaban en espectáculos independientes y remunerados, apartados del amparo proporcionado en aquel entonces de la Federación Internacional de Tenis.
Los orígenes de la actividad profesional tienen raíces muy antiguas, más que las del nacimiento de Wimbledon, el cual data de 1887. Esta actividad se remonta a 1883 cuando unos pocos pioneros audaces comenzaron a competir por dinero, en partidos de individuales y torneos cortos de exhibición. Tuvieron que pasar cuatro décadas para que el tenis profesional rugiera con más fuerza, y fue la legendaria Suzanne Lenglen, la primera en decirle adiós al amateurismo en el año 1927, siendo su primer partido profesional contra la estadounidense Mary Browne. También en 1927, el ejemplo de Lenglen fue seguido por el estadounidense Vincent Richards, medallista de oro en los Juegos Olímpicos 1924 y compañero de dobles del gran Bill Tilden. Estos hechos llevaron a la exclusión del tenis de los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928.
Tras esto, el propio Bill Tilden se convirtió en profesional en 1931, jugando y ganando su primer partido en el Madison Square Garden de Nueva York frente a casi 20 mil espectadores, quienes pagaron entradas para presenciar el partido frente al checo K. Kozeluh, dando la eclosión al tenis ‘profesional’. Después de Tilden, muchas figuras de la época siguieron sus pasos, desde Henri Cochet a Ellsworth Vines, y desde Fred Perry a Donald Budge.
A partir de ese momento y hasta el nacimiento de la Era Abierta, los jugadores amateurs más fuertes pasaron al circuito profesional, siendo excluidos de las competencias más importantes, como los Grand Slam y la Copa Davis. Y es que tal cual, como sucede hoy día, los tenistas deben costear con importantes gastos, y las ganancias generadas para la época no eran muchas. Solo para tener una idea, cuando Fred Perry se cambió al circuito profesional recaudó 91 mil dólares.
En los años siguientes la costumbre se consolidó con un importante número de jugadores de los años cuarenta, cincuenta y sesenta como Francisco ‘Pancho’ Segura, Robert ‘Bobby’ Riggs, Jack Kramer, Frank Sedgman, Tony Trabert, Lew Hoad, Ken Rosewall, y el legendario Rod Laver, entre otros. Es de resaltar que estos tenistas competían en una especie de torneos Grand Slam, entre los que se destacan el Campeonato Francés, el Campeonato Británico y el Campeonato Americano, y muchos fueron víctimas del ostracismo, ya que a menudo se les impidió entrar y entrenar en clubes afiliados a las diversas federaciones nacionales, teniendo en cuenta que eran monitoreados por la Federación Internacional.
El inicio de la rebelión
A finales de los años cincuenta, un refinado y apasionado grupo de tenistas ingleses, miembros del All England Club, encabezados por su presidente, deseaban firmemente el fin del amateurismo. Querían un club de tenis unificado, donde todos los jugadores pudieran competir en la misma casa, bajo el mismo techo. En 1961, hubo una votación para establecer el tenis competitivo; sin embargo, un voto de diferencia hizo que siguiera siendo amateur.
La lucha continuó, los progresistas no se rindieron y a costa de ser expulsados del mundo oficial del tenis decidieron que su club sería sede de un torneo profesional. En agosto de 1967 se celebró un torneo profesional en Wimbledon, ganado por Rod Laver, tras vencer a su compatriota Ken Rosewall en cinco memorables sets. Este evento precipitó la realización de una nueva asamblea para la profesionalización definitiva. La victoria a favor de la nueva ola fue contundente y el tenis tuvo su primer partido profesional el 22 de abril de 1968.
Los protagonistas de ese momento histórico fueron el escocés John Clinfton y el australiano Owen Davidson en el West Hants Lawn Club de Bournemouth (Inglaterra). Clinfton fue el encargado de realizar el primer servicio de la Era Open; además de ganar el primer punto, pero finalmente la victoria fue para Davidson en cuatro reñidos sets.
El primer Grand Slam fue Roland Garros y lo ganó el ‘muro de rosas’, el australiano Ken Rosewall, quince años después de su primera consagración en París. Esas fueron las primeras atenuantes del tenis a nivel profesional, el cual ha visto el brillo de auténticas estrellas como Bjorn Borg, Jimmy Connors, Andre Agassi, Pete Sampras, Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic, entre otros.
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/532902040893022209/gonhrGnQ.jpeg» ]Francisco Vargas: Twitter @VargasPacho. Periodista especializado en tenis con una experiencia de 8 años en los diferentes circuitos de la ATP y WTA. Voice Over en eventos internaciones. [/author]