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UNA FINAL IGUALADA EN LILLE

por Andrés Peraza
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Stan Wawrinka le dio el primer punto a Suiza en la final de la Copa Davis ante Francia al vencer a Jo-Wilfried Tsonga en un partido a un solo color. En el segundo, las acciones se igualaron tras la victoria de Gael Monfils ante un tocado Roger Federer. Nada está escrito en Lille.

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Foto: Copa Davis

El Estadio Pierre Mauroy fue una caja de resonancia que con el pasar de los peloteos fue aumentando los decibeles debido a las 27.432 almas que colmaron las sillas (récord de asistencia en un partido de tenis). En el primer punto que vio la arcilla techada, las voces de los suizos parecían amplificadas por megáfonos y apenas se oían los alaridos del público local cuando Jo-Wilfried Tsonga hilvanaba un buen punto o cuando el propio jugador pedía que el aliento incrementara, como tratando de levantar a un león dormido. Poco y nada sirvieron las alertas del jugador de Le Mans, que se vio hundido en su propia laguna y desistió ante un Stan Wawrinka más certero, preciso y fuerte mental y físicamente. Fue un 6-1, 3-6, 6-3, 6-2 para «Stanimal», que domó a su presa a placer y le inyectó de esa sustancia que le sirvió para ir derrapando a sus rivales en Melbourne y Montecarlo.

El campeón de Australia fue un apisonadora en el primer set. Con la raqueta caliente y con las líneas entre ceja y ceja, dejó al descubierto una versión dubitativa y desconcertante de Tsonga, quien no encontraba respuestas desde su servicio ni desde los largos peloteos. El francés sufrió penumbras con su saque y fue dominado en los intercambios. El suizo se mostró en similitud de condiciones que contra Federer en Londres y se impuso con categoría.

Pero las piernas tienden a trabarse en la arcilla y eso lo vivió Stan en la segunda manga. Sus errores aparecieron como cataratas y permitieron que Tsonga se montara a un partido sin ser más que su rival. La confianza del local creció y con apenas un quiebre puso las cuentas igualadas. Sin embargo, el 12 del mundo demostró que no estaba en su día: con un partido que pintaba irse a la máxima igualdad en el tercero, Tsonga jugó un game de engranaje para el olvido y le concedió el quiebre necesario para que Wawrinka se pusiera en ventaja en parciales. El suizo no soltó el timón y condujo a placer hacia la victoria, aceitando su revés exquisito a una mano y poniendo a la defensa al galo, una situación que no es de su preferencia. El cuarto fue efímero y la raqueta dos de Suiza demostró por qué fue el campeón de Montecarlo.

Pero cuando parecía que la copa se inclinaba hacia los visitantes apreció un invitado inesperado. Gael Monfils no se amilanó ante el ganador de 17 Grand Slam y que busca tener en sus vitrinas por primera vez una Davis, y lo venció 6-1, 6-4, 6-3. El francés fue una máquina en la arena y le importó poco y nada que el suizo no estuviera en su mejor nivel. Aquejado por sus problemas lumbares, Roger Federer estuvo sombrío, como pocas veces se deja ver en el circuito; con una espalda que hoy demostró que lo tiene golpeado y sin esa frescura que transmite en su juego.

Monfils rápidamente se fue adelante poniendo en práctica el guión preestablecido: mover al helvético de lado a lado, jugar profundo, hacerlo desplazar a grandes distancias y forzar su juego. El de casa calcó el plan y estuvo fino, jugó como en el US Open pero no desinfló como pasó al final; a pesar de que Federer estaba tocado, Gael pisó firme la arena para buscar la paridad en la serie. Tras un primer set rotundo, la raqueta gala no cambió el chip y puso un ingrediente que Tsonga fue incapaz de utilizar: la euforia del público. Celebrando cada punto a rabiar e incitando a que desde las butacas llegara lo mismo, Monfils fue apagando a un Roger sin chispa, pesado y sin ritmo en las piernas. El showman triunfó y dejó la final con puntos suspensivos.

El sábado se viene el dobles y lo más lógico es que se vengan cambios en los jugadores que estarán en disputa. Un punto clave el de mañana para una nación y otra y para una serie que toma un color fantástico. Lo seguro es que hasta el domingo se conocerá al nuevo monarca de la Copa Davis.

[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg» ]Fabián Valeth Orozco @FabianV_: Redactor en jefe de Match Tenis. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]

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