A principios de octubre, Novak Djokovic compartió en su cuenta de Instagram una imagen en la que aparecía meditando acompañado de instrumentos musicales chinos. La meditación, en occidente, hasta ahora, ha sido vista como una actividad “muy” mística y difícil de realizar. La realidad es que puede ser mística por su origen, pero no es difícil de lograr y la ciencia ha comprobado que practicarla trae enormes beneficios para la mente.
La mayoría de nosotros somos esclavos de la mente. Es nuestra peor enemiga. Tratamos de enfocarnos y la mente empieza a divagar. Tratamos de controlar el estrés y el miedo, pero la ansiedad no nos deja dormir, ni pensar con claridad. En el deporte y en la competencia, todas estas situaciones se exacerban y es indispensable aprender a controlarlas. Es necesario silenciar la mente.
¿Qué hace la meditación en el cerebro?
Entre más un deportista entiende cómo funciona su mente y se conecta con su verdad interior -pensamientos y emociones-, más control puede tener sobre ellos. La meditación le permite al deportista y, en general, a todos los seres humanos, usar la mente y no que ella nos use. Le permite ser resiliente y le ayuda a mantenerse en el presente –no frustrado por el pasado o preocupado por el futuro-, el foco está en persistir, en luchar, volviéndolo un hábito de vida. Se logra calma, tan necesaria al momento de competir y en la vida diaria en la toma de decisiones, permitiendo salirse del estado de “reacción” para ubicarse en el estado “de lo que más conviene para el objetivo planteado”.
¿Qué le pasa a un tenista cuando en un cambio de lado, el foco está en su respiración y en visualizar lo que quiere lograr y no en lo que ya pasó y no salió bien y su mente no se conecta con la ansiedad de lo que viene?
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/866354609056616448/7tlKY4G0_400x400.jpg» ]Ximena Beltrán @@menabeltrang[/author]