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VOLVER A SER TIPSAREVIC

por Andrés Peraza
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Foto: US Men's Clay Court Championship

Foto: US Men’s Clay Court Championship

Una mirada al cielo que significa mucho más que disfrutar de una victoria que llena el alma. Es saber que tanta espera tuvo un resultado positivo en la primera salida. Como el auto que lleva esperando tantos días en el taller de mecánica porque tenía un sinfín de problemas en el motor o en una de sus llantas y en su primera carrera termina como el consagrado. Janko Tipsarevic estaba esperando tanto este momento que mirar cómo el punto caía a su favor para sentenciar su primera victoria luego de 17 meses se volvió eterno. En la arcilla de Houston, el serbio se hizo con el triunfo, en su debut, ante el brasilero Guilherme Clezar por 6-4, 3-6, 7-6 y un tiebreak donde salvó dos bolas de partido. Fue una batalla extensa, sudó como en los viejos tiempos, estuvo a punto de perder pero al final todo fue alegría. ¿Qué importa el cómo cuando detrás habían tantos meses atormentado?

Para el bien llamado ‘Filósofo’ es volver a sentirse tenista. Pasar por una lesión crónica que lo aquejó en el torneo de Valencia 2013, donde apenas pudo jugar tres games ante Marcel Granollers para terminar retirándose, luego por una fascitis plantar y para que la odisea sea mayor, dos tumores, rayan el ánimo hasta del jugador más equilibrado mentalmente. Tantos infortunios te hacen creer hasta que la retirada es una opción viva, el alivio para los males. Y es que 17 meses llegan a ser una infinitud, llegan a ser tan largos como el atleta que sucumbe ante el cansancio en una maratón y espera ver el listón de llegada con ansias. Tipsarevic nunca perdió la fe aunque todo parecía imposible, no descuidó el norte ante las inclemencias e incluso se propuso practicar en una pista apoyando su pierna afectada en una silla para pelotear y no perder el ritmo. Nunca se sintió desesperanzado aunque tuvo que posponer su regreso una, y una y otra vez.

Es que el serbio es de esos tipos fuertes. Temperamental en las canchas pero un hombre carismático afuera. Apasionado por las lecturas de Friedrich Nietzsche, Immanuel Kant o Fiódor Dostoyevski, por las pinturas de Salvador Dalí o de las esculturas, Janko es un personaje que conoce el poder de la mente; sabe que desde allí puede controlar a un cuerpo que decía basta de tantos problemas físicos. No importa que en su carrera haya tenido claroscuros, que fuera impoluto en algunos encuentros y luego, al siguiente, lo tirara por la borda. Es la naturaleza de un guerrero con coraza salvaje y que luego aprendió que era momento de madurar, aunque todo fuera por culpa de una lesión.

El exnúmero ocho del mundo por allá en 2012 regresó para volver a ser Tipsarevic. Hace unos días atrás, en el dobles de Miami, vio por primera vez su nombre en un cuadro luego de tanto tiempo y se sintió lozano. Esta vez en Houston lo hizo en el singles y sabe que ha pasado tanto tiempo, que fueron más de 500 días intentando imaginar este día que al fin llegó y le dio satisfacción. No importa nada más. Es un paso que significa tanto. No quiere decir que ahora, ante Santiago Giraldo en segunda ronda, se va a rendir en el primer intento. Al contrario, Tipsarevic busca más porque la carrera renace, porque las piernas quieren sentir el ritmo y la raqueta busca seguir caliente. Él mismo lo dice: «Entrena duro. Juega aún más duro. Mantente humilde». Es Janko, el filósofo del tenis.

[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg» ]Fabián Valeth Orozco @FabianV_: Redactor en jefe de Match Tenis. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]

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