Desplegando magia sobre el cemento, Roger Federer se hizo superior en la final del ATP de Basilea y dejó sin reacción a David Goffin, actor secundario de la obra. El suizo vuelve a conquistar el trofeo de su país después de dos años y ya es el sexto de su carrera.
Foto: Swiss Indoors Basel
Como si la herida aún estuviera abierta, Roger Federer no quiso poner en peligro la corona de Basilea. En las últimas dos ediciones, Juan Martín del Potro se llevó los papeles principales de una película suiza, donde el protagonista local debía sí o sí prevalecer. Al argentino le importó poco y nada y fue quien levantó el dorado trofeo. Para esta edición, Federer volvió a pisar la final por décima ocasión, aunque esta vez no iba a tener al frente a la Torre de Tandil sino a un David Goffin de una temporada extraordinaria y un ascenso destacado.
La superioridad entre uno y otro se vio explayada desde el primer game del partido: el suizo fue fiel a su estilo de sensibilidad, tirando con el revés a placer, desplegando la derecha de manera armónica y llegando a la red para acabar el punto de la manera más mitificada posible. La pelota del helvético despegaba con la mayor de las facilidades, mientras que el belga intentaba ponerle pimienta a su revés que de lejos es el mejor golpe que posee. Sin embargo, tal acción no surtía efecto adverso para doblegar a Roger, no llegaba a herir su funcionamiento que rayaba en la perfecto. Quiebre de entrada y otro más sobre el final fueron los momentos donde el suizo fragmentó a su rival, al que no le dio ni una chance de verse enfrente. Goffin sólo ganó un punto al servicio de Federer en el primer parcial, relato perfecto de la sinfonía que dio el local y en la que nunca estuvo desafinado.
La segunda parte fue la continuación de una eufonía que sólo duró 51 minutos. Goffin intentaba darse confianza a sí mismo pero cuando veía al otro lado de la red el panorama era sombrío y oscuro. Roger fue fascinante en el azul de Basilea, mostró lo mejor de su repertorio de formal imperial, maravillosa y esplendida; fue poco menos de una hora donde el tenis llegó a su máxima expresión y donde Federer dio cuentas del fantástico 2014 que ha enhebrado. El partido fue una excusa para demostrar que Federer está a plenitud y dejó en una segunda dimensión a un gran Goffin, dueño de una increíble segunda mitad de año y donde posse 40 victorias en sus últimos 43 partidos.
El sexto título lo abraza como si fuera el último de su vida, o como si fuera el primero que llega hasta sus predios. El más ganador de Basilea tiene la oportunidad de seguir dando cátedra en los tres torneos que aún le quedan en la temporada y terminar como el mejor cuando se le dio por muerto, por retirado. Por octavo año logra 5 o más títulos, lleva consigo 989 victorias, sexto torneo que lo gana seis o más veces (Wimbledon, Halle, Cincinnati, Dubái y el Torneo de Maestros) y sigue a la caza del número 1 del mundo. ¿Qué más se le puede pedir a Roger?
[author image=»https://pbs.twimg.com/profile_images/473258143418314752/wPCdGPjm_normal.jpeg» ]Fabián Valeth Orozco @Harryelpote: Redactor en jefe de Match Tenis. Director y productor de medios de comunicación. Amante del tenis y del periodismo deportivo enfocado hacia este deporte.[/author]
