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CILIC, EL BOMBARDERO DE MANHATTAN

por Andrés Peraza
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El día más feliz de su vida, seguramente. Marin Cilic es sinónimo de perseverancia y lucha; y como no, si ha tenido que cruzar  jornadas negras y su inconveniente con el dopaje, que incluso lo sacó por varios meses del deporte, para llegar a un terreno que nunca antes había pisado. El croata se ha convertido este sábado en el segundo jugador de su país en llegar a una final de Grand Slam y en el primero en instalarse en esta instancia en el Us Open.

Foto: Philip Hall/usopen.org

Foto: Philip Hall/usopen.org

Sin complejos, apelando a un juego vertical en el que se destacaron su servicio, derecha y revés, fue como desbordó a Roger Federer desde el primer hasta el último punto; y así, logró  estampar su firma en un lugar que está reservado para los inmortales; la definición de un evento ‘major’.

En el diccionario del número 16 del mundo, sólo existió una palabra: ataque; en esa, edificó la base del triunfo más importante de su historia como tenista. No le importó tener en frente al más grande de todos los tiempos, un suizo que añoraba con seguir ampliando su palmarés; y con notoria firmeza hizo trizas las ilusiones de él  y de sus millones de seguidores, de verlo levantando nuevamente un torneo de tal magnitud.

Como un bombardero, Cilic inició el camino que el destino le había trazado. En cancha todo fue ‘palazo’ tras palazo’; Roger no tenía respuestas a tales intervenciones y en su servicio recalaba la esperanza de mantenerse prendido al marcador. El primer quiebre llegó y con este se desequilibró un encuentro que en los papeles iba a depender más de lo que hicieron o no hiciera su majestad. Cilic en tan sólo 28 minutos avisaba que no sólo quería hacer acto de presencia.

La segunda manga plasmó lo que había sucedido en la primera media hora del encuentro. El croata continuó mostrando que estaba en un nivel superlativo y apenas en el primer game daba una nueva estocada, sí, lograba una ruptura de entrada. A pesar que el primer servicio de Cilic no estaba preciso (48%), su efectividad con este (100%),  lo colocaba cada vez más cerca de dar el gran batacazo de su carrera. Por su parte Federer, quien había cometido tres escasos errores en el primer set, recaía en su peor demonio de este último tiempo, la movilidad. Esta causó que sus fallos prácticamente se triplicaran.

El desenlace estaba cerca. Federer opuso resistencia e hizo explotar el Arthur Ashe, al lograr un quiebre en el tercer set. No obstante, en cuestión de minutos, Cilic colocaba nuevamente todo en orden. El séptimo game fue el encargado de terminar de sellar un final que estuvo anunciado desde el primer rally que se presentó en el partido; una nueva ruptura del oriundo de Bosnia (nacionalizado croata) dejaba mudo el recinto y detonaba su primera victoria en seis enfrentamientos ante el de Basilea.

 Cilic fue el antagonista de la novela más vista este sábado en el planeta tenis. Para desgracia fue Federer el que estuvo en frente de la segunda gran oportunidad de su carrera. Sin embargo, Nada ni nadie impidió esta vez que su objetivo se llevara a cabo. Sus casi dos metros de estatura presenciaron la perfección y no del otro lado del campo sino de su juego. Una hora y 55 minutos duró la historia que esta vez iba a llevar  a  su costado la felicidad, 6-3, 6-4 y 6-4 el reflejo de tal proeza.

El camino del pupilo de Goran Ivanicevic está en un sólo lugar: el lunes irá en busca del sueño de todo gran tenista, levantar un cetro en un Grand Slam; en el pasado están los tres top 10 que derrotó y su mirada está enfocada en una finalidad, superar al primer nipón en llegar a una final de un ‘major’, Kei Nishikori.

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